El traidor del futbolín

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

26 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El telediario mudo, decenas de notificaciones en los móviles, miles de mensajes en las redes… Pensamos que era el campeonato del mundo -la investidura del presidente del Gobierno de un gran país de Europa Occidental- y nos topamos con una partida de futbolín. Lo peor que puede pasar en ese noble deporte de bar es jugar con dos amigos, los rivales, y un traidor, tu compañero, que falla más que una escopeta de feria. En esta situación suele ser más peligroso el hipotético aliado que el adversario. Eso les ha pasado a PSOE y a Podemos. Se han marcado cuatro goles en propia meta. Los de Sánchez por ser ambiguos tras su insuficiente victoria. Los de Iglesias, por no depurar responsabilidades tras su clara derrota.

¿Y ahora qué? Más allá de la batalla de las culpas en la calle y en las redes, corre el reloj para unas nuevas elecciones. ¿Pueden evitarse? Los números siguen dando; las voluntades, no tanto. Sobre el escenario, el Congreso, vimos en directo como los posibles socios quemaban puentes y naves. Pero entre las bambalinas del poder siempre hay andamios y cuerdas. Las alianzas pueden ser reparadas. ¿Y la confianza de los votantes no partidarios? Esa es mucho más difícil de restañar. Si hay cita con las urnas y ganan las derechas, ¿pasarán el amigo y el traidor por debajo del futbolín?