¡Cielos! ¡Los poderes económicos!

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

17 jul 2019 . Actualizado a las 08:19 h.

Sería un milagro que Pedro Sánchez se desdijera de lo que dijo y convocase a Pablo Iglesias a hablar de gobierno de coalición. Sería otro milagro que Pablo Iglesias desconvocase la consulta a los adscritos de Podemos. En política todo es posible, pero estas dos circunstancias no las vamos a ver. La palabra coalición le produce urticaria a Sánchez y mucha más le producirá si Iglesias insiste en autonombrarse ministro, por mucho que matice que «a las órdenes del presidente». Que no sueñe, por tanto, don Pablo con esa poltrona, porque da la impresión de que Sánchez está dispuesto a dejar la presidencia antes de tenerlo en el gabinete.

¿Será por presiones de los poderes económicos, como dice el líder de Podemos? ¿Y por qué no? Desde luego, a los poderes económicos, suponiendo que estén tan organizados como para imponer condiciones, no les gusta un pimiento Podemos al frente de ningún ministerio. ¿Cómo les va a gustar un partido en el que hay dirigentes que maltrataron al mayor creador de riqueza de este país y se llama Amancio Ortega? ¿Cómo les va a gustar si el propio Iglesias retornó a la acción política con un inolvidable discurso demoledor contra la gran empresa y los poderosos precisamente del mundo económico? ¿Y cómo les va a gustar si propone la derogación de la reforma laboral y perseguir a los ricos por la vía fiscal? «El miedo ha cambiado de bando», dijo Iglesias en alguna ocasión y, por mucho que rebaje el tono, sigue inspirando miedo. No se le puede dar poder.

Pero a Pedro Sánchez, después de un año en el Gobierno, ya no hace falta que ningún poder económico, llámese banca, Ibex 35, patronales o energéticas le presionen para excluir a Podemos de su gabinete. El candidato ya sabe perfectamente cuáles son los resortes que mueven la economía y cómo él se puede beneficiar de su buena marcha. Ya conoce por qué se puede producir una huelga de inversiones o una fuga de capitales. Por lo tanto, no veo a ningún poderoso llamando a la Moncloa como representante de no sé cuál poder fáctico para hacerle sugerencias sobre quién debe formar parte del gabinete.

Veo mucho más factible que la derecha económica llame a la derecha política. Es decir, que esos poderosos llamen a Pablo Casado o a Albert Rivera para rogarles que se avengan a la abstención que les pide Sánchez. Y si Casado y Rivera no muestran ninguna intención de abstenerse, es que tampoco los han llamado. ¡Sabe Dios lo que están haciendo los poderes económicos, si es que están haciendo algo! Si hasta ahora les fue bien con Sánchez, para qué cambiarlo. Y si Sánchez consigue desprenderse del abrazo de Pablo Iglesias, lo proclamarán héroe nacional. Pero sin que se note. Esas cosas nunca se pueden notar.