Los círculos concéntricos

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

02 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Creo que la mejor metáfora geométrica para describir la situación de Venezuela es una sucesión de círculos concéntricos que, a medida que se aproximan al centro, engrosan mientras disminuye su diámetro. Círculos que nunca se tocan y que siempre se ven influenciados de manera pertinaz y perniciosa por lo que sucede en el central, aislado, pequeño y compacto. Un círculo central integrado por la corrupta corte de Maduro, los chavistas y la cúpula militar. Un círculo central tan obeso como la pantomima de presidente y los generales que le apoyan. Un círculo central que controla uno de los negocios más lucrativos del planeta: la droga. Un círculo central que tiene su apoyo internacional en tres países pobres dirigidos por populismos socialistas rancios, como son Cuba, Bolivia y Nicaragua, o en los eternos valedores de todos aquellos en el punto de mira de Trump, o sea, Rusia, China e Irán.

Mientras, en los círculos externos, flacos, cada vez más extensos y agotados, se encuentra la mayoría de la población no beneficiada por los subsidios populistas, asediada por la violencia y privada de alimentos. Una mayoría que tiene el aspecto de Leopoldo López recién liberado, con el rostro quemado, los ojos enrojecidos y el pelo alborotado.

Y, mientras, la mayoría de los líderes internacionales, temiendo una guerra civil que haga descender el país aún más a los infiernos e incapaces de actuar para derrocar a Maduro de manera pacífica, siguen abogando por un cambio democrático que saben imposible. Y el culebrón continúa.