Vivimos en un país dueño de sus destinos. Ahora sabemos que podemos contar con nosotros. Unos habremos votado por paliar la desigualdad, otros la marginación juvenil, otros por resolver el conflicto territorial, otros para seguir igual. Aún así nos hemos encontrado en el voto, y los resultados deben darnos capacidad para resolver nuestros problemas.
Las elecciones nos han interesado a todos, y al parecer han movilizado a los progresistas y a los nacionalistas. También en Cataluña, muestra de los intereses comunes que tenemos, donde han provocado la caída de los partidos contrarios al diálogo.
En Galicia, una sociedad democrática vigorosa, todo confirma el cambio de ciclo. No solo ganan los socialistas a los populares, entra Ciudadanos y se confirma la pérdida de unas mareas segregadas de Unidas Podemos. Paga Feijoo la irrupción política de Vox de la mano de su partido, y también graves conflictos políticos propios de su gestión. Todo siguiendo la gran debacle de los populares en España, Madrid incluida, en su giro aznarista a la derecha. Ciudadanos quizá se ve feliz en su tercera posición, mientras Unidas Podemos padezca esa pérdida de posición y escaños. Vox y sus posiciones reaccionarias confirman que esto es Europa, y la mala gestión de la crisis del Partido Popular y de la acción de sus últimos gobiernos.
Los socialistas, los de Pedro Sánchez, ganan las elecciones. Rentas de su acción de Gobierno, la actitud en política territorial y ante el conflicto de Cataluña, a pesar de la descalificación absoluta de la derecha múltiple y aquellos que se negaron al dialogo. Recuperando posiciones en la sociedad de Cataluña y el País Vasco. Con una buena perspectiva para seguir gobernando, a la espera de confirmar resultados. Por más que los problemas sigan, y todos deban obligarse a resolverlos. Un buen día electoral y, sin duda, un reconfortante resultado.