El apocalipsis del 28A: del trompero de Sánchez al enflautador de Abascal

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

07 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cabalgan los cinco jinetes del apocalipsis del 28A: del país bonito que no se sabe quién lo va a pagar del guapo Sánchez al recio de Santiago Abascal y cierra España. A los políticos es mejor traducirlos con humor, más en estos días de campaña eterna que está entre circo y parque de atracciones o de atracos a la inteligencia.

El trompero socialista ofrece por supuesto hotel para los españoles y nos rompe el corazón. Cuando la socialdemocracia ha dejado claro en Europa que sus sueños buenistas de hotel de cuatro estrellas mínimo para los ciudadanos son una utopía impagable.

El ñángara de Pablo Iglesias, más a la izquierda, no quiere ser menos. Podemos tienta el voto con una oferta de pensión completa, salarios mínimos universales y lo que haga falta. Lo pagarán las multinacionales, los bancos, las eléctricas y las tecnológicas. No lo veo, si tenemos en cuenta el pequeño detalle de que los que, de verdad, gobiernan el mundo (y la pequeña colonia española también) son las multinacionales, los bancos, las eléctricas y las tecnológicas. Los cinco jinetes no serán más que estafermos de lo que decida el dinero: las corporaciones al mando.

El bausán de Casado ofrece la clásica alianza con los poderes económicos. El PP se queda en media pensión, sin más humedades. Hay que cumplir con el déficit y ser realistas, al estilo austericida de Rajoy. Somos sólidos, aunque Casado parezca paja. No se pueden ofrecer áticos, cuando solo tenemos para chabolas.

El zolocho de Rivera sigue en la bruma y su receta para lograr escaños es proponer a ratos hotel; otros, pensión completa; y otros, media pensión. Ciudadanos es capaz de ser socio del Real Madrid y del Barça a la vez, unos fenómenos.

Nos queda el enflautador de Abascal, con su tute cabrón de mínimos, de reconquista, para ultras y sobrados. El regreso del Cid, Veterano y el toro de Osborne. ¿A quién votar o a quién no botar?