Desabastecimiento

Xosé María Torres Bouza
Xosé María Torres FIRMA INVITADA

OPINIÓN

06 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Faltan medicinas en las farmacias. ¿Es grave? No, casi todas tienen recambio fácil. Pero sí es molesto. El problema, molesto, viene de lejos y tiene distintas causas:

 1.- Producción centralizada. Igual que PSA-Vigo fabrica coches Citroën, Peugeot, Opel y en breve Toyota, la industria farmacéutica hace lo mismo con medicinas. Cuando una fábrica tiene un problema, repercute en múltiples medicamentos.

2.- Materias primas. ¿Cuántas plantas fabrican paracetamol hoy en Europa? Ninguna. La última estaba en Polonia y cerró hace años. Todo el paracetamol se fabrica hoy en el sudeste asiático.

3.- Precios bajos. España tiene hoy, junto a Lituania, las medicinas más baratas de Europa: el Adiro de 100 miligramos cuesta en España 1,45 euros, y en Portugal supera los 4 euros. Si Bayer tiene problemas de producción en sus fábricas alemanas, ¿dónde preferirá vender su producto?

4.- Exportaciones paralelas. Hay distribuidoras que compran medicinas en España y las venden en Alemania, Suiza o Hungría (¡sí, Hungría!), con precios más altos. Es legal y la UE lo alienta. A las empresas del Big Farma no les gusta y suministran a cuentagotas sus productos estrella.

5.- Brexit: los ingleses estén acumulando medicinas.

Hay varias soluciones, como habilitar al farmacéutico a sustituir tratamientos (hoy no pueden cambiar de comprimidos a cápsulas un mismo medicamento, ni variar su número de pastillas, de 28 a 30, algo ridículo) para que el paciente no tenga que ir al centro de salud por este mero trámite. Y aumentar los precios de medicamentos básicos, pues hay estatinas para el colesterol que cuestan 0,95 euros (un claro dumping), y reducir el precio de los carísimos tratamientos hospitalarios, que distorsionan la factura farmacéutica.

Hay soluciones, pero hay que dedicarse a ellas. Mientras tanto Sanidad y las autonomías han puesto en marcha, el pasado febrero, un espectacular sistema de verificación, oneroso para las oficinas de farmacia, para asegurar la trazabilidad de las medicinas e impedir falsificaciones (¡que no existen en la farmacias españolas!). Curiosamente no ha sido implementado en las farmacias que la Administración gestiona, las hospitalarias.

Hagamos caso a la ONU, y a las oenegés sanitarias como Farmamundi, que propugnan impulsar la labor de los farmacéuticos comunitarios. Sería una buena medida para celebrar mañana, domingo, el Día Mundial de la Salud.