Una nueva geoestrategia para Galicia

Andrés Precedo Ledo CRÓNICAS DEL TERRITORIO

OPINIÓN

04 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Siempre hemos identificado como nuestra estrategia de posicionamiento más competitiva la situación marítima, por su cercanía a uno de los corredores de navegación más importantes del mundo, y por la proximidad de los puertos gallegos a la fachada atlántica americana y en particular al nuevo canal de Panamá. Una centralidad marítima que figura aún en muchos informes y que se presentaba como efecto compensatorio de nuestra perifericidad con respecto a Europa e incluso a los grandes focos del desarrollo español. Pero ahora, y dado que la geoestrategia económica cambia a tenor de los cambios en la geopolítica mundial, se abre un nuevo escenario. En ese escenario, el centro se instala en China, que pretende en 2030 convertirse en el motor económico mundial, tras su liderazgo tecnológico en el 2025.

En no pocas ocasiones hemos pensado que para el comercio chino nuestra fachada marítima podía ser una alternativa, especialmente si utilizaba el otro canal de Panamá que ellos financiarían. En este escenario los puertos exteriores del golfo ártabro encontrarían una sólida justificación. Pero han surgido problemas y con ellos alternativas.

Ahora resulta que fue la propia China la que marcó el nuevo camino: el tren de la Ruta de la Seda, que une la capital del gigante asiático con Madrid vía Moscú, la gran alternativa terrestre al transporte marítimo. Cierto que ya lo sabíamos, y la verdad es que apenas modificaba nuestra estrategia atlántica. Sin embargo, el proyecto final incluye la prolongación del corredor ferroviario hasta los puertos de Lisboa, principalmente el puerto exterior de Sines, donde convergería el ramal africano. De ahí, un puente marítimo a la costa de Brasil daría paso a un nuevo corredor ferroviario hasta la costa del Pacífico, en Perú, para continuar por mar, vía Australia, hasta los grandes puertos chinos.

Un anillo mundial estratégico para el transporte y para controlar el tráfico de las materias primas de aquellos países en los que China ya tiene un dominio económico fuerte. Estamos ante una geoestrategia a largo plazo, a la que solo la política de Trump y Putin parece querer hacer frente, pero que entra dentro de lo posible. En cualquier caso, en este nuevo escenario Galicia debe priorizar sus infraestructuras de conexión con Lisboa, nuestro referente mundial más próximo en el tráfico marítimo, para no quedar desconectados. Algunos avisos ya están llegando, entre ellos el Corredor Ferroviario Atlántico que une Madrid con Lisboa, y que nos dejó a un lado, a expensas de lo que nuestros políticos logren negociar. Tenemos que empezar a revisar nuestros esquemas geoestratégicos para reinventar un futuro distinto.