BNG, ERC, Bildu: la paja y la viga

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

30 ene 2019 . Actualizado a las 11:17 h.

Escribió aquí Xosé Luis Barreiro antes de ayer un artículo antológico sobre el pacto que para las europeas ha cerrado el BNG con Bildu y ERC, texto en el que la dura crítica a esa opción del Bloque se abordaba con la temible arma del sentido del humor. Yo quisiera retomar hoy el asunto de tan sin par triple alianza para mostrar mi profunda extrañeza ante el silencio sepulcral que frente a esa coalición han mantenido los mismos que en Galicia ponen a caldo al PP y a C’s por el acuerdo con Vox que les posibilitó gobernar Andalucía.

Vaya por delante, para que no exista duda alguna, que la censura del pacto andaluz me parece no sólo legítima -lo que en democracia va de soi- sino indispensable en relación con las posiciones que, sobre todo en emigración y lucha contra la violencia de género, mantiene la extrema derecha de Abascal. Poco explicable -o directamente inexplicable- es, sin embargo, por su increíble cinismo, que quienes descalifican con dureza a los que aceptan los votos de Vox, bien, como el BNG, pacten ellos mismos con Bildu y ERC, bien, en otros casos, no digan ni esta boca es mía ante esa escandalosa coalición.

Porque, vamos a hablar claro, Vox, de la mayoría de cuyas posiciones me siento a una distancia sideral, ni es, que se sepa, un partido violento o que tolere la violencia, ni una fuerza que haya demostrado estar dispuesta a vulnerar los principios del estado democrático de derecho para alcanzar sus objetivos. ¿Puede decirse lo mismo de Bildu y de ERC? No hay que ser un especialista en historia de España para dar a esa pregunta una respuesta rotundamente negativa.

ERC participó muy activamente hace unos meses en el golpe de Estado por medio del cual la Generalitat pretendió declarar a la brava la independencia de Cataluña, repitiendo lo que la propia Esquerra ya había hecho anteriormente, en el año 1934, durante la II Republica española. ERC, cuyos principales dirigentes van a ser juzgados tras su levantamiento contra nuestro sistema constitucional por presuntos gravísimos delitos, defendió la reiterada vulneración de las sentencias del TCE y defiende hoy el abierto incumplimiento de las sentencias de nuestro Tribunal Supremo.

El caso de Bildu resulta diferente, por muchísimo más grave. Y ello no sólo porque Bildu es el partido heredero de Batasuna y de Herri Batasuna, que fueron durante décadas el brazo político de una banda terrorista sanguinaria que cometió cerca de 1.000 asesinatos. No se trata solo de eso: Bildu homenajea hoy en el País Vasco con bailes y coronas a cada criminal de ETA que deja la prisión y de la boca de sus dirigentes no ha salido nunca una palabra de arrepentimiento o de descalificación de la acción de los pistoleros durante cerca de seis décadas.

Con esas fuerzas -Bildu y ERC- es con las que, en medio de la sorprendente indiferencia general de los demócratas, va a concurrir el BNG a las elecciones europeas.