El abuelo de Marc

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

13 ene 2019 . Actualizado a las 09:41 h.

Un nieto de Tàpies fue a First Dates y se cargó en un par de minutos el prestigio mundial del artista. El pintor informalista tiene decenas de miles de entradas en Google y varias pantallas de Wikipedia pero para su descendiente lo único que hizo fueron «movidas» que «no entendía ni él». Marc tiene 24 años y se alaba de él que es implacable desacralizando. A él el santito Tapiès le parece como mucho un tipo singular que «andaba por ahí tirando pinturas» y que en realidad bien podía ser ese hijo de 3 años que firma todo el arte contemporáneo. Ese dichoso niño de 3 años que podía haber pintado lo que pintó Malevich pero no quiso era el abuelo de Marc.

A Marc y a esa camiseta suya en la que se leía Generación anti todo el abuelo le venía bien, como mucho, para ligar. Quién no ha presumido de un pariente para deslumbrar a una moza. A priori, en el ránking de abuelos que molan Tàpies parece que tendría que cotizar medianamente bien, pero a Marc no le sirvió de nada porque a su cita el tal Tàpies ni le sonaba. De hecho, no quiso volver a ver a Marc. Y aquí proclamo que a Marc le hubiese venido mucho mejor ser el nieto de Fermín Muguruza.

Imaginábamos distinto al descendiente de uno de los artistas españoles más destacados del siglo XX, pero esto son solo prejuicios y una evidencia de que las familias tienen vida propia y levantar un perfil cerrado de sus dinámicas es una osadía. Tàpies fue un miembro ilustre de la burguesía catalana, con título de marqués por decisión del rey, pero su nieto debutó en un programa de citas de Mediaset, con una melena rubia y el hábito señalado para los antisistema, lo que puede sugerir que ese movimiento nace de entrañas acomodadas. Un giro genealógico fascinante digno de ser analizado por la profunda mente existencialista del abuelo Antoni.