Televisores

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

10 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El CES de Las Vegas se ha convertido fundamentalmente en una feria de televisores. Los últimos modelos presentados no son realmente una novedad: LG ya anunció su pantalla enrollable en la edición del año pasado y ahora lo único que ha hecho es poner fecha a su salida comercial; y la tecnología MicroLED de Samsung fue desvelada también en enero del 2018, cuando bautizó su innovador panel como The Wall (El Muro).

Los usuarios se enfrentan actualmente a una gran variedad de sistemas de televisión y las estrategias de márketing de las compañías no se lo ponen nada fácil. Para tratar de aclararlo, digamos que coexisten cinco tecnologías, dejando aparte las minoritarias pantallas de plasma y las ya casi testimoniales 3D. Por un lado están los televisores LED, que utilizan pantallas de cristal líquido iluminadas por detrás mediante diodos emisores de luz (light-emitting diode). En los antiguos LCD, la retroiluminación se realizaba por medio de lámparas fluorescentes, colocadas en el marco o por toda la superficie posterior.

Las pantallas OLED se diferencian de las anteriores en que los paneles están formados por diodos orgánicos y no necesitan tener una fuente de luz detrás: ellos son la luz y se encienden y apagan en función de la imagen. Si lo que se muestra es algo negro, se apagan completamente, por eso estos televisores son los únicos capaces de representar el ‘negro auténtico’. El mercado lo dominan LG y Sony.

Samsung eligió un camino diferente y decidió no apostar (o competir) en el segmento OLED. Lanzó una tecnología propia denominada QLED (el nombre ya induce a la confusión) a base de «puntos cuánticos» que, en realidad, es una versión mejorada de los LED convencionales. El nivel de detalle y, sobre todo, de brillo es muy alto, pero la base sigue siendo una pantalla LED. El MicroLED supone una aproximación mayor al OLED, en cuanto a la posibilidad de apagar completamente los diodos (que no son orgánicos). De momento su coste de fabricación es muy elevado.

Y finalmente, marcas como la china Hisense han desarrollado el ULED, que superpone un panel en resolución 4K sobre otro en blanco y negro a 1080p. Con ello consigue unos negros más profundos.