Una obra que devuelve ilusión

Juan Oliveira RESPONSABLE DE UNIDAD DE NEGOCIO EN CT INGENIEROS

OPINIÓN

13 dic 2018 . Actualizado a las 21:31 h.

Han pasado ya ocho años desde la botadura de la fragata Cristóbal Colón, el último gran buque construido en nuestra ría para la Armada Española. Desde el 2010, el principal cliente para Navantia ha sido Australia, salvo las excepciones del flotel de Pemex y el BAM a punto de ser entregado a la Armada. Pero los encargos para la Marina española han vuelto, y lo hacen a lo grande. El impacto del diseño, construcción y posterior mantenimiento de las futuras fragatas F-110 en Ferrol y comarca va a ser enorme. Más allá de los números manejados por la Armada y la propia Navantia ?3.400 empleos directos, 7.000 sumando los indirectos; 4.000 millones de inversión y 10 años de carga trabajo, más los 35 años de apoyo al ciclo de vida de estos buques, que ya de por sí impresionan?, hay dos aspectos de este programa que me gustaría resaltar.

El primero, más tecnológico, será el impulso a la modernización de toda la cadena de suministro y del propio astillero, enfrentándonos todos al reto de la industria 4.0, incluyendo en el diseño, construcción y mantenimiento de los nuevos buques tecnologías como el gemelo digital, las realidades virtual y aumentada o la fabricación aditiva. Todo esto dará lugar al Astillero 4.0, colocando a Navantia y a la industria auxiliar de lleno en el siglo XXI.

Y el segundo, más sentimental, como trabajador y también nieto e hijo de trabajadores del sector naval, conozco bien lo que este representa para Ferrolterra y lo arraigado que está en nuestra sociedad. Por ello espero y deseo que este programa traiga el empuje necesario para una comarca castigada durante los últimos 30 años por reconversiones y largos períodos de baja o nula carga de trabajo, que nos devuelva la ilusión y que todos volvamos a sentirnos orgullosos de nuestra capacidad para construir algunos de los mejores barcos del mundo.