Hoy sería delito

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

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04 nov 2018 . Actualizado a las 09:01 h.

Vacas se presentó en febrero del 92 en un cine del Berlín este. Era el singular debut de un joven director vasco que se llamaba Julio Medem capaz de hacer una película con la mirada acuosa de una marela. Estos días Medem promociona El árbol de la sangre y se lamenta de lo complicado que se ha puesto hacer un tipo de cine en momentos en los que la diversidad, el riesgo, el matiz y la provocación están penalizados.

No es el primer creador que olfatea esta consistente vocación censora dispuesta a utilizar la guillotina en el nombre de la santa ofensa. O de la santa rentabilidad. Saura expresó hace poco su convicción de que hoy no podría rodar Elisa, vida mía. Y la plataforma Filmin ha creado una colección bajo el elocuente título «Hoy sería delito» en la que conviven películas de Pasolini, Tinto Brass, Gaspar Noé o, atención, los Monty Python que hoy serían lapidados en 140 caracteres por La vida de Brian.

Por los tribunales anda un actor por ofender a dios, los disparos del día apuntan a un cómico que se sonó en una bandera y la plataforma Netflix prohíbe es sus rodajes miradas fuera de grabación de más de cinco segundos.

En 1983 un espabilado empleado de telefónica que se dedicaba a enredar en la noche madrileña cantaba: «Voy a tener un bebé / lo vestiré de mujer / lo incrustaré en la pared / le llamaré Lucifer / le enseñaré a criticar / le enseñaré a vivir de la prostitución / le enseñaré a matar». Se llamaba Pedro Almodóvar y hoy habría ofendido a los católicos, a las mujeres, a las embarazadas, a la liga antiviolencia, a las prostitutas, a los homosexuales y puede que también a los asesinos, que también son de Dios.