24 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.
No hizo falta que pasasen muchas horas desde el siniestro de Angrois para que todos supiésemos qué era el ERTMS. No en detalle, pero sí lo suficiente para entender que se trataba de un sistema de seguridad, del que no disponía la línea en la que se accidentó el Alvia porque así se ahorró un dinero el Gobierno de turno y que habría salvado a los 80 muertos en aquella maldita tarde-noche del 24 de julio del 2013.
El Ejecutivo quiso hacernos creer que lo había entendido y prometió arreglarlo. De esa promesa, cinco años después, no hay nada. Y no solo no la cumplieron sino que ni siquiera se dignan a explicarnos por qué sigue sin instalarse una medida de seguridad que, básicamente, sirve para salvar vidas.