Despolitizar los informativos

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

09 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay algo inquietante en la sospecha difundida de que se pudiera estar gestando un reparto masivo de cargos en medios públicos de información. Unos repartos que se podrían estar cocinando con opacidad entre partidos políticos aglutinados en torno al PSOE de Sánchez, justo cuando cabría esperar avances en unos medios públicos no sectarios, amparados por unos estatutos garantes de la pluralidad en los consejos de administración y entre los propios cargos profesionales… Yo aún espero que sea así.

Pero, ¿estamos avanzando en esta dirección? No lo parece. Quizá porque, una vez más, los medios públicos de información son vistos como órganos susceptibles de ser utilizados políticamente, con el riesgo que ello supone para el equilibrio informativo general. El PP tampoco impulsó un buen modelo, cierto, pero ello no facultaría a los nuevos coaligados para empeorar la situación pro domo sua, es decir, en su provecho.

Con demasiada frecuencia se olvida que RTVE es una cadena pública que debe garantizar la objetividad y la neutralidad informativa de sus espacios, sobre todo en los de noticias. El PP no siempre lo ha hecho bien, y ahora se ve al PSOE y a Podemos con pocas ganas de mejorar la situación y garantizar esos equilibrios indispensables.

Lo mismo cabría decir de EFE, que es la cuarta agencia mundial de información, solo por detrás de la británica Reuters, la estadounidense AP (Associated Press) y la francesa AFP (Agence France-Presse). EFE ha recorrido un largo trecho en el período democrático y ha obtenido un crédito comparable al de sus principales competidoras. No deberían ser de recibo retrocesos o usos que dañasen su prestigio y la convirtiesen en un instrumento político informativamente sectario, que pudiera acabar por perder o dañar su prestigio internacional. Este mal camino debe ser evitado porque significaría un retroceso luego muy difícil de revertir. La credibilidad informativa es así de frágil.

Las cosas se pueden hacer bien o mal. Lo primero tiene su recompensa y lo segundo se paga. Sánchez debe cuidar estos espacios de libertad. Podrían permitirle agrandar en el futuro su hoy escasa representación parlamentaria. Así le sucedió en su día a Felipe González.