Dos profesiones de riesgo

OPINIÓN

08 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Bien está que vayan saliendo a la luz los nombres de los sacerdotes que han cometido abusos sexuales, que sean condenados y que la Iglesia cambie lo que tenga que cambiar en su funcionamiento interno para que estas cosas no vuelvan a suceder jamás: tolerancia cero en abusos sexuales, respuesta real y contundente. Pero también debieran salir en los medios y en las redes sociales nombres como los de Firmin Gbagoua, Desiré Agbabata y Albert Tungumale-Baba, sacerdotes asesinados en lo que va de año en la República Centroafricana por defender la paz, el diálogo y los derechos humanos. Tampoco está de más recordar, sin que haya muerto, al cardenal Brenes, que tanto está haciendo para que en Nicaragua no se produzca una nueva contienda civil. Honor a quien honor merece.

Con todo, el país más peligroso para ejercer el sacerdocio es México, según el Centro Católico Multimedial (CCM). Los muertos por causas violentas en México alcanzan cifras de escándalo, es cierto y lo sabemos. Pero sacerdotes y periodistas resultan ser profesiones de alto riesgo, y junto al político son los gremios que más muertes han sufrido en lo que va del 2018.

Sacerdotes y periodistas son profesiones incómodas, buscar y decir la verdad en México es muy peligroso y molesta a los poderes ocultos del país. Sin duda, esta debe ser la primera tarea que Andrés Manuel López Obrador afronte sin que le tiemble el pulso: corrupción y violencia.