El tren a Madrid

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

SANDRA ALONSO

10 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Mejor debía titular «el tren de Madrid», y contar que el presidente Feijoo viajaba en el convoy inaugural del AVE que por primera vez une la capital de España con Santiago, capital de Galicia. 

Falta un mes escaso para las elecciones autonómicas y ese viaje, anhelado y esperado hace lustros es el primer acto electoral de Núñez Feijoo. Su apuesta por Galicia y los gallegos ha sido clara, nítida, inequívoca. Cierra su ciclo con el tren que siempre soñó, el que pone a Compostela a dos horas y cuarto de Madrid. En sus vagones viaja la modernidad que siempre ha sido mucho mas que una reivindicación. Viaja el progreso. Galicia no está ya a trasmano,

Un mes después de las elecciones gallegas, tendrán lugar la nacionales. Las encuestas dan al PSOE de Sánchez como primer partido con poco mas de cien escaños, Ciudadanos no llega a los cincuenta, el PP no consigue pasar de los ochenta y su candidata no ha podido entusiasmar desde la oposición en el Congreso de los Diputados a los votantes de derechas. Podemos resiste.

El presidente Feijoo, dos años atrás tuvo que amarrarse al palo mayor del vapor España para no escuchar los cantos de sirena que lo empujaban para convertirse en presidente de los populares. En estos dos años, afianzó su Gobierno en Galicia cumpliendo los objetivos del déficit, los astilleros tienen trabajo, al igual que el sector del automóvil. Inditex sigue creciendo, el paro se ha reducido, los montes se han limpiado y el sector maderero, al igual que la pesca, se han redimensionado en positivo. La renta per capita subió mas que la media española, así como el PIB.

No ha resuelto el problema demográfico y en el partido que da soporte a su Gobierno ha rejuvenecido los cuadros dirigentes con lo mejor de nuestra mocedad. No ha conseguido que las tres universidades hagan una apuesta real por la excelencia, ni una propuesta seria al transporte intermodal y siguen abiertos los tres aeropuertos para beneficio de Oporto. Y continúa vigente el conflicto pueril con la primera ciudad gallega, con Vigo como ciudad-Estado indomeñable jugando al maquiavélico juego de las diferencias.

El AVE avanza raudo cabalgando por complicados viaductos penetrando en Galicia por túneles infinitos y el presidente piensa que Galicia ya no es solo el país del millón de vacas, la referencia europea en la producción láctea, el camino de la vía de las estrellas, el paraíso del buen comer, mientas el paisaje inunda de verdes las ventanillas del tren y la lluvia se asoma al paso del convoy.

La decisión que tomó dos años atrás ha sido la correcta. Desde este tren se descubre el mundo, y el universo tiene el centro en Compostela.