Cambios profundos en México y España

Jaime Miquel
Jaime Miquel LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

04 jun 2018 . Actualizado a las 07:28 h.

El día 1 de julio se celebran elecciones presidenciales en México y resultará elegido Andrés Manuel López Obrador al frente del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA. Su ventaja es considerable y los candidatos de este partido encabezan las encuestas en otras elecciones que también se celebran ese día, como en Morelos, donde un futbolista retirado, el delantero Cuauhtémoc Blanco, disputa las elecciones a gobernador a Víctor Caballero, el candidato del Partido de Acción Nacional (PAN). Si vas a YouTube y ves los goles de Cuauhtémoc Blanco comprendes quién es en México, pero también si estudias los datos de Víctor Caballero, perfectamente ajustados al perfil del gobernador ideal. Jorge Meade, del PRI, y Rodrigo Gayosso, del PRD, están descartados y quedan en contienda uno de los mejores futbolistas de la historia de México y el gobernador perfecto. ¿Quién ganará? Mediada la campaña va delante Cuauhtémoc Blanco, pero todo lo que no es de MORENA lo está recogiendo Víctor Caballero, El gobernador. En México termina el orden del partido único, relegado ya a la tercera posición y descolgado en todos los ámbitos que estamos estudiando, pero esto es algo parecido a lo que está sucediendo en España, donde terminó el bipartidismo único y se están produciendo movimientos electorales de igual profundidad. Pedro Sánchez cruzó el Manzanares con su militancia y los escaños de Unidos Podemos y las confluencias, porque no tenía el respaldo de Ciudadanos ni el plurinacional. Sujetando el 155 en Cataluña con Oriol Junqueras convenientemente encarcelado e insultando al presidente de los catalanes, se hacía muy difícil suponer que pudiera prosperar su moción de censura al presidente Mariano Rajoy. Sin embargo, se había producido una concatenación de sucesos en torno al PP que sobrepasaron el umbral de lo escandaloso, una situación en la que el margen de maniobra de los políticos se había estrechado considerablemente. Lo de Cifuentes fue vergonzoso, pero la detención de Eduardo Zaplana fue un llover sobre mojado que había anegado el aprecio ciudadano al PP cuando cayó el chaparrón de la sentencia de la Gürtel. Estábamos situados en el terreno de lo escandaloso y lo había advertido el periodista Enric Juliana al minuto de ser anunciada: esta moción va a prosperar aunque le sorprenda a sus promotores. Juliana sabe que es la sociedad la que produce los cambios, pero también que si Sánchez perdía quien ganaba era Susana Díaz anticipando sus elecciones para el otoño: con Unidos Podemos a doce puntos y la derecha partida en dos, bloqueaba el calendario recordándonos a todos que Andalucía es un poder sin el que no se mueve un palillo en España. Las intenciones de Pedro Sánchez fueron respaldadas por ERC y el PDECat, pero también por el PNV, el partido que mejor comprende España.

Finaliza el post-franquismo, una cultura política y una ética de lo público y sucede porque maduramos. España es plurinacional, esto es certidumbre y no es ningún drama.