Siria y el paripé internacional

Yashmina Shawki
yashmina shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

15 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría de los iraquíes han sentido un escalofrío ante las imágenes del bombardeo aéreo de esta noche en varios enclaves de Siria. Les han recordado las terribles noches que tuvieron que vivir durante la campaña de 2003 que derrocó al gobierno de Saddam Hussein. Por fortuna, solo se ha tratado de un «ataque quirúrgico» a unas instalaciones militares donde el régimen de Bashar al Asad hacía investigaciones y fabricaba armas químicas con las que «supuestamente» ha bombardeado a su propia población en Duma el sábado pasado. Un ataque selectivo minuciosamente orquestado por las fuerzas armadas norteamericanas, británicas y francesas para «advertir» al régimen sirio de que no puede recuperar el control del territorio a cualquier precio; y a Rusia e Irán de que si bien la comunidad internacional está haciendo la «vista gorda» a su ayuda no tolerará ningún exceso. O eso es lo que parece.

El uso de agentes químicos contra la población civil es quizás uno de los actos más execrables que se puede llevar a cabo en una guerra, que ya es decir. No es un arma nueva, ya se utilizó durante la Primera Guerra Mundial, pero los avances tecnológicos la han convertido no solo en un instrumento letal sino extremadamente cruel. El bombardeo químico del pasado sábado no ha sido el primero, a pesar de las serias advertencias internacionales como tampoco lo ha sido el bombardeo selectivo de este fin de semana a instalaciones en Damasco y Homs. Acción y reacción sin consecuencias relevantes.

Lamentablemente es solo un paripé mediante el cual Trump pretende mantener su imagen de líder mundial y cumplir con su palabra, Gran Bretaña le dice a Rusia que no le perdona el envenenamiento de Skripal en su territorio y Francia recuerda a Siria que sigue sintiéndose potencia colonial. Si realmente se quisiera ayudar a la población siria ya se habría frenado la guerra y alcanzado la paz. Pero, para eso, nadie parece estar preparado a excepción de Rusia e Irán, por eso, el resto del mundo mira para otro lado mientras finge estar preocupado por los sirios.