Todas deberíamos ser Mirandas

Tamara Montero
Tamara Montero CUATRO VERDADES

OPINIÓN

26 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La abogada licenciada en Harvard. La soltera pelirroja con una gran carrera profesional, ambición y la cabeza bien amueblada. La sarcástica inteligente que estaba harta. Que fue a comprarse un piso para ella sola y también ese día tuvieron que juzgarla. Sí, es grande. Sí, para ella sola. Sí, está soltera. Sí. Tiene dinero. ¿Por qué te extraña? La chica buena que quería dejar de disculparse por todo lo que había conseguido con sangre, con sudor y sobre todo, con muchas lágrimas. Que se había cansado de que la compadeciesen porque a los 34 años, con una carrera de éxito, no había formado una familia. Y que lo que en un hombre se considera triunfar en la vida, para una mujer es una situación trágica. Que después, sin querer, se quedó embarazada. Que tomó la decisión de tener una familia. Aunque el padre no viviese en su casa. Porque sí, lo tiene claro. Si un hombre te da dinero, tú le das el control. Y eso a ella no le pasa. Que a veces al tío no le gustas. Sigue adelante, que no pasa nada. Y si te quedas soltera, más espacio para las sandalias. Y ahora la pelirroja de Harvard, el cliché que casi todas rechazaban, se ha convertido en un icono. Un modelo que ha decidido dar la batalla. Cynthia Nixon entra en política. Ojalá. Porque a veces hay que coger pastel de la basura. Y todas deberíamos ser Mirandas.