Legal sí, moral no

M.ª Carmen González Castro
M.ª Carmen González VUELTA Y VUELTA

OPINIÓN

ALBERTO LÓPEZ

30 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Que algo sea legal o esté permitido no quiere decir que, necesariamente, esté bien y haya que aceptarlo sin, al menos protestar.

Que no sea obligatorio escolarizar a los niños hasta los seis años no quiere decir que la sociedad no tenga derecho a reclamar plazas de guardería para que todos los pequeños que la necesiten dispongan de ella. Que no sea obligatorio que las autopistas levanten las barreras un día de verano en el que la elevada afluencia de vehículos provoca un atasco monumental, no quiere decir que los usuarios no tengan el derecho moral de reclamarlo y quejarse. Que la norma ferroviaria autorice a Renfe a que algunos viajeros hagan un trayecto en tren de pie porque no hay asientos suficientes, no quiere decir que los afectados y los que cualquier día se pueden ver en esa situación no pongan el grito en el cielo.

La seguridad en el transporte ha ido avanzando notablemente en los últimos años hasta alcanzar unos niveles que han contribuido a salvar muchas vidas. Pero sigue habiendo incongruencias. Si, con toda razón, un particular no puede llevar a un niño pequeño en el coche sin silla específica, ¿por qué sí se autoriza en el caso de los taxis? Si, con razón, un coche de cinco plazas no puede transportar a seis viajeros, ¿por qué un tren que viaja a 160 kilómetros por hora puede llevar a 15, 20 o 60 personas de pie en el pasillo o bloqueando las puertas, como ocurrió el domingo en un tren entre A Coruña y Vigo?

Se justifica Renfe diciendo que aunque, en general, los billetes del eje atlántico van asociados a un plaza, hay algunas estaciones, como Padrón, Pontecesures o Catoira, en las que los pasajeros suben sin ticket, lo adquieren a bordo y, por tanto, a veces exceden las plazas de los vagones.

No parece tan complicado encontrar una solución. En pleno siglo XXI, cuando la tecnología permite comprar desde cualquier sitio y sin soporte físico, no parece lógico que se pueda viajar en tren sin billete, sobre todo si existe el riesgo de que el número de pasajeros exceda las plazas. Y si no, siempre les queda la posibilidad de instalar una taquilla que despache los tickets físicos.