¿Ciclogénesis? ¿Huracán?

Jorge Mira Pérez
Jorge Mira EL MIRADOR DE LA CIENCIA

OPINIÓN

26 dic 2017 . Actualizado a las 07:39 h.

Sufrimos hace semanas la primera ciclogénesis explosiva del año. Sus vientos y precipitaciones intensas pueden llevarnos a pensar que son el mismo fenómeno que un huracán. Pero no. Los huracanes, tras ser sementados por perturbaciones cerca del Sáhara, toman cuerpo en el cinturón tropical del océano. En esa zona, la temperatura es bastante homogénea, las diferencias de presión son bajas y hay ausencias de viento (o no cambia con la altura). La temperatura también es alta: se genera mucho vapor de agua, que puede subir haciendo algo así como una chimenea, que no se deshará con vientos que le empujen de lado. Una vez se consolida la chimenea, mientras haya agua caliente en el océano, el vapor subirá y dejará un hueco en la parte baja, que será rellenado por el aire caliente y húmedo de la superficie vecina: el monstruo crecerá hasta que toque tierra y se corte la raíz de la que se alimenta (el agua caliente).

En nuestras borrascas, su origen no está tanto en un movimiento de aire en vertical ni en un entorno homogéneo, sino en lo contrario: las diferencias de temperatura entre unas masas de aire y las de al lado (cuyas zonas de contacto son los frentes que se dibujan en los mapas del tiempo) y las de presión, que buscan equilibrio con vientos que fluyen de las zonas de mayor a las de menor presión. El origen es, por así decirlo, más horizontal y dinámico y menos local. Por cierto, ciclogénesis es solo el nombre del mecanismo general de formación, que será explosiva si el fenómeno se produce rápido.