1. PARTICIPACIÓN. La participación electoral declarada en las encuestas suele ser superior a la real, pero este fenómeno no proporciona patrones; cuántos van a votar es un número que estimamos por comparación con las tasas registradas en las elecciones anteriores, valorando las circunstancias de la campaña en curso y apoyados en indicadores como el volumen del voto por correo. Esperamos algo más del 80 % de participación de los electores residentes, tres puntos menos sobre el censo total. Esto nos lo dice el sentido común, porque sabemos que la movilización será máxima pero también que no se puede alejar mucho del 77,4 % del 2015.
2. POSICIONES. Según nuestras estimaciones, ERC (22, 6 %) y Ciudadanos (22 %), superan los novecientos mil votos y consiguen 34 y 29 actas, respectivamente. Algo más distanciada Junts per Catalunya (18,4 %), la lista de Carles Puigdemont y el PDECat de Marta Pascal, que acercándose a los ochocientos mil votos consigue 28 escaños, a uno de Ciudadanos con 3,5 puntos menos de votos válidos; lo que no encierra trampa ni cartón, sino el poderoso despliegue territorial de la antigua CDC, el actual PDECat. El cuarto es el PSC de Miquel Iceta (15,9 %), que obtendría 22 actas con casi setecientos mil votos. Detrás del PSC, y por debajo del 10 %, aparecen Catalunya en Comú (7, 5 %), que consigue 8 escaños con algo más de trescientos mil votos; el PP (5,9 %), reducido a 6 escaños, y CUP (5,8 %), que no mejora los doscientos cincuenta mil votos con los que empezó la campaña, pero difícilmente bajará de 8 actas.
3. PARCIALES. Los partidos de identidad nacional catalana sumarían ahora dos millones de votos sobre un total de 4,3 millones de votantes: el 46,8 % de los válidos y 70 escaños, dos por encima de la mayoría absoluta y dos por debajo del 2015. Los partidos que representan la identidad española, sea uninacional inmóvil o reformista plurinacional, obtendrían 2,2 millones de votos, el 51,4 % de los válidos y 65 escaños; mayoría en votos pero minoría parlamentaria.
4. VOTO DE CASTIGO. Pese al aumento de la tasa de participación, la suma de ERC, JxC y CUP no se ha movido de los dos millones de votos. La razón es muy simple. Seis de cada diez electores de Cataluña son contrarios a la unilateralidad, luego uno de ellos es de identidad nacional catalana y si te digo no, es que no: voto al PSC (50.000), a los Comunes (20.000) o me quedo en casa (100.000). Lo que significa que Junts Per Catalunya progresa a costa de la posición inicial de ERC, pero se quedan en la abstención o hacen voto de castigo un 10 % de los votantes de Junts pel Sí del 2015, que no parecen necesarios para asegurar los 68 escaños ni serían suficientes para empatar con los partidos del ámbito estatal, pero sí para alejarlos del 50 % de los votos válidos supuesto un 1,8 % de «otros y blancos».
5. MOVIMIENTO SOCIAL. Esto que fue tan importante en las elecciones del 2015, e incluso el 1-O, ahora da lo mismo, porque al movimiento social soberanista y legitimista no le sirve la mayoría ciudadana desde el año 2015 por la simple razón de que no la alcanza, que es el mismo mecanismo por el que dejaron de servirle los dos tercios de la cámara para legitimarse ante el pueblo de Cataluña; esto sucedió cuando irrumpió Podemos en ese sistema electoral y desde entonces le basta la mayoría simple. Idéntico mecanismo por el que también dejaron de servir Artur Mas y Francesc Homs y dejará de hacerlo Carles Puigdemont. Los movimientos sociales son como el agua, utilizan lo que les sirve y siempre encuentran el camino por el que seguir.
6. EVOLUCIÓN PROBABLE. En España no existen los pucherazos en las elecciones. Hay tres candidaturas con posibilidades de ganar estas elecciones, Ciudadanos, ERC y JxC. El tripartito de izquierdas no sumará, lo impiden la progresión reciente de JxC a costa de ERC y el resultado insuficiente de los Comunes. Como en el año 2015, Ciudadanos progresará en las encuestas en toda España a costa del PP. Junqueras no está y Marta Rovira no puede con Puigdemont. Nos prohibirán publicar cinco días antes pero los números seguirán moviéndose y nos dirán que no damos una. No es así, lo normal es que gane Ciudadanos con lo que ya tiene (22 %), que es el entorno de los 950.000 votos. Porque tal como viene esto, Carles Puigdemont le puede ganar dos puntos más a Marta Rovira, con lo que empatarían al 20,5 % por detrás de Inés Arrimadas.