A cero

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

30 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El propio Puigdemont reconocía con Évole que, si mañana consiguen celebrar el referendo, los independentistas ganan: nadie duda de cuál sería el resultado con tan pocas garantías. Y que si no lo consiguen, también ganan, porque dejarían en evidencia el talante antidemocrático de lo que llaman España. Se trata, por tanto, de una estrategia win-win, como se dice ahora, solo que en este caso significa, a la vez, que los no independentistas pierden sí o sí. O lo que es lo mismo, significa que más de la mitad de los catalanes perderán inevitablemente.

Un planteamiento político de altura hubiera organizado las cosas de manera que la estrategia win-win favoreciera, si no a todos, al menos a la inmensa mayoría. Pero la altura que acaso quisieron darle algunos -no todos los independentistas son iguales- ha quedado destruida por la velocidad a la que obligaban otros. La altura de miras necesitaba, en este caso, tiempo y finura, legalidad. Pero la CUP, como no tenía tiempo ni finura y le importaba un bledo la legalidad, puso plazos. Y los otros cedieron en grandeza para asegurarse el poder.

Lo de mañana tiene mal arreglo. El único posible consistiría en poner el barullo a cero, para que se puedan conseguir el tiempo, la finura y la legalidad que aseguren la libertad y el bienestar de todos. Que se pueda hablar y cese el griterío. Pero el griterío interesa a esa otra mitad escasa que se sentiría atrapada si se suspende la autonomía, justo como se sentirían los contrarios a la independencia en caso de que prosperara la estratagema nacionalista.

No hay salida buena, sino salidas menos malas, todas ellas con un riesgo alto de deflagración por contagio. Y no solo en Cataluña.

@pacosanchez