El PSOE ha constituido una pieza fundamental de la sociedad y de la democracia española, y este país será mejor en el futuro si el PSOE consigue mantener el peso político necesario para ser alternativa de gobierno. La mayoría de votantes socialistas manifiestan hoy que Pedro Sánchez es el mejor candidato a la secretaría general del partido, y la intención de voto de los socialistas es más alta con Pedro Sánchez que con ninguno de los otros dos candidatos a la secretaría general, según revelan recientes estudios demoscópicos. Con Sánchez, hoy el PSOE se acercaría al PP y aumentaría sustancialmente su ventaja sobre Podemos. Si el PSOE tuviese primarias abiertas el resultado sería bastante predecible porque el electorado socialista prefiere a Sánchez.
Los acontecimientos que ha vivido el PSOE desde el mes de octubre han reforzado la imagen del anterior secretario general, derrocado en un Comité Federal nefasto para la historia del partido, con la intención de imponer la abstención al PSOE en la investidura del actual presidente del Gobierno. En un país en el que nadie acostumbra a conjugar el verbo dimitir ni en situaciones gravísimas, que un líder político dimita de su escaño en el Congreso para ser coherente y no tener que abstenerse ante el PP constituye un hecho diferenciador que lo pone en valor. De este modo, Sánchez, que como todos los candidatos tiene sus puntos débiles y fuertes, recuperó credibilidad y afianzó su imagen en el electorado de izquierdas. Y esto es fundamental para recuperar los millones de votos que se nos fueron y que necesitamos que retornen.
Ahora las primarias deben aclarar si el PSOE quiere ser un partido que respete las decisiones de las bases o si debe ser regido por un grupo de notables, y debe resolver también si debe ser un posibilitador de los gobiernos del PP o la alternativa de izquierdas a la derecha. La abstención gratuita al PP, sin condiciones, fue un error, y la inmensa mayoría de votantes de izquierda ni lo entienden ni lo comparten. Por eso muchos apoyan a Pedro Sánchez.
Construir el futuro acertadamente exige aprender de los errores del pasado. Pero también aportar ideas de futuro para un escenario más complejo. Y para ello el documento político impulsado por Josep Borrell, José Félix Tezanos, Manu Escudero y Cristina Narbona muestra cómo la mejor tradición del socialismo democrático puede actualizarse para responder a los retos de la sociedad actual. Hay ideas y hay proyecto, y esto es importante más allá del nombre del candidato.
La recuperación del PSOE no exige un giro a la izquierda, pero sí recuperar el espacio electoral de izquierda que hemos cedido. Y para ello el PSOE tiene que definirse y actuar como alternativa real al PP. Esa es la auténtica tradición del PSOE. Y las primarias son una oportunidad para reconectar.