PP y Podemos pretenden darnos gato por liebre

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño A CONTRACORRIENTE

OPINIÓN

09 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Se celebran este fin de semana los congresos del PP y de Podemos. Dos partidos en las antípodas ideológicas y en coyunturas radicalmente distintas, pero que comparten la pretensión de darnos gato por liebre en sus respectivos cónclaves, planteando falsos debates para disimular sus verdaderos problemas. En Podemos nos venden su asamblea como un trascendental enfrentamiento de gran calado ideológico entre un sector radical y otro moderado, cuando no es otra cosa que una lucha barriobajera entre sus cargos públicos para mantenerse en sus sillones.

Se trata de una trifulca pueril entre dos dirigentes que, aunque lideran la tercera fuerza del país, se comportan como si fueran todavía líderes estudiantiles de la facultad, inventando estériles disquisiciones entre ellos para mantenerse como únicos caudillos de Podemos, que consideran su juguete. Aunque ese juguete esté ya más que roto y su futuro sea bastante negro gane quien gane, porque a medida que la situación política y económica se normalice, el regreso a un esquema de bipartidismo imperfecto como el de casi todas las democracias del planeta resulta inevitable. Ese durísimo enfrentamiento entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón es un juego entre dos amigos a los que les divierte mucho más debatir sobre el sexo de los ángeles que hablar de los problemas de los españoles. Y que utilizan a las bases como carne de cañón. No hay que descartar que, repartido el botín, la farsa concluya el domingo con un teatral abrazo con el que den por superadas sus diferencias.

Pero también los populares quieren darnos tocomocho. En el PP no existe debate alguno, más allá de las rabietas de Aznar, porque el control de Rajoy es absoluto. Y, para no dar sensación de inmovilismo, inventan controversias para entretener al personal. A estas alturas, convertir la gestación subrogada en principal debate de este congreso o mantener el suspense sobre si Cospedal insistirá en el error de ser a la vez secretaria general y líder en Castilla-La Mancha es una forma de no abordar el verdadero y casi único problema del PP, que es uno y trino. Se llama corrupción y comprende el caso Gürtel, el caso Bárcenas y la trama Púnica. En repudiar a todos sus imputados por corrupción y en reforzar el castigo interno a los corruptos es en donde debería poner el acento el PP durante su congreso si quiere recuperar la confianza ciudadana y la mayoría absoluta. Lo demás es puro fuego de artificio. Tanto, como esa falsa batalla de Pimpinela entre Iglesias y Errejón.