Qué fácil es censurar cuando ya nada puedes perder. Alberto Ruiz- Gallardón se suma a la tesis de José María Aznar y critica al PP por haber escondido su ideología. Errado está el exministro de Justicia. Errado y resentido con el presidente Rajoy por haberle invitado tiempo atrás, con gran sutileza, a dejar su poltrona ministerial. Otro ejemplo de que es cierto el refrán de que «la venganza se sirve en plato frío». En política, de la misma manera que cuando te nombran para un cargo de alta responsabilidad no preguntas los motivos, tampoco se debe sentir uno ofendido en el momento que se prescinde de él. En este caso la pésima gestión de Ruiz-Gallardón al frente de tan importante ministerio, recordemos solamente el asunto de las tasas judiciales y su empecinamiento con la reforma del aborto, justificó sobradamente su salida del Gobierno. Pero a don Alberto le resulta más fácil y gratificante que reconocer sus propios errores echarle la culpa al PP, y unirse a la cruzada que el expresidente Aznar mantiene contra Rajoy. Tanta deslealtad por parte de estos dos personajes produce urticaria. Uno porque su sucesor, una vez llegado al Gobierno, no lo presidió siguiendo sus instrucciones. Y el otro, debido a su excesiva autoestima, no logra superar el hecho de que nadie se haya atrevido a cuestionar su gestión. Las sempiternas servidumbres de la condición humana. Aznar advierte a Rajoy de que seguirá expresando sus ideas desde FAES, sin reparar en que eso al presidente del Gobierno tampoco le va a quitar el sueño. Cintura tiene de sobra. Para eso y mucho más.