Razón cordial

OPINIÓN

20 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace 30 años, Adela Cortina publicó un libro que hizo historia, que ayudó mucho a consolidar la frágil democracia española. Me estoy refiriendo a Ética mínima. No pretendía la gran filósofa valenciana ofrecer una ética de rebajas, al alcance de los modestos bolsillos de la moralidad reinante, sino descubrir, si era posible, un conjunto de principios y valores morales que pudieran compartir las diferentes opciones ideológicas presentes en una sociedad plural.

Veinte años después, ganó el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos con el libro Ética de la razón cordial. En él hay un párrafo que muy bien puede aplicarse a la actual situación política de España: «Claro que los entusiastas del conflicto por el conflicto -no los agraviados, sino los resentidos, los que guardan en el alma un extraño resentimiento fosilizado- se alegran de no encontrar valores compartidos. Cuanto peor, mejor -sigue siendo la consigna-. Hay que agudizar las contradicciones -sigue siendo el mensaje-. Pero los adictos al conflicto por el conflicto nunca tendrán capacidad crítica, nunca serán críticos, porque criticar es discernir entre lo que une y lo que separa, entre lo justo y lo injusto. Las enmiendas a la totalidad son tan dogmáticas, tan faltas de crítica, como las adhesiones incondicionales».

A buen entendedor, pocas palabras bastan...