El llamado «principio cero» de la Termodinámica dejó sentenciado el siguiente apotegma: si tres o más sistemas están en contacto térmico y todos juntos en equilibrio, entonces cualquier par está en equilibrio por separado. Sin quererlo, se nos viene a explicar la encuesta que La Voz publica hoy y ayer. Porque lo que percibimos en ella es que dos, un par, están en equilibrio por separado: en descenso. Son el PSOE y Ciudadanos que, fruto de su inteligente pacto, ven recortadas sus posibilidades. Pero ellos perseveran en uno de los absurdos más gloriosos que ha granjeado la historia política: pactar con quien no puedes gobernar y propiciar, con dicho pacto, que ninguna otra fuerza política pueda sumarse a él. Porque pactando con Ciudadanos el PSOE negó toda posibilidad de entendimiento con Podemos y, además, bloquea una gran coalición con el PP (liderada por Rajoy, el más votado). ¿Habrán aprendido la lección? Lo dudo. Siguen reclamando que gobierne aquel que obtenga más apoyos parlamentarios, olvidando que quien debe gobernar es el que obtenga más síes que noes (lo dice la Constitución) y aspirando, solamente, a sumar con Ciudadanos más escaños que el PP por sí solo. Cómo has caído tan abajo, PSOE. Esa es mi primera lectura, no la única. Quizá la que más ha llamado mi atención es el hecho de que el político más valorado, y con un conocimiento cercano al 87%, sea Alberto Garzón. Aún no ha cumplido treinta y un años. Con esa edad podría tratarse de un modelo para nuestros jóvenes.
Sin embargo, a poco que rayemos en su fotografía, encontraremos motivos para la duda. Ha vivido y vive exclusivamente de la política sin haber ejercido otra profesión, uno. No ha gestionado un euro público, dos. Es comunista, o sea, de Cuba y de Pol Pot y de la Europa del Este fenecida, y de Lenin (de quien se confiesa devoto), tres. En las elecciones de diciembre perdió 670.000 votos y se quedó con dos diputados de los ocho que tenía, cuatro. Y, quinto y último, como estratega político ha consentido que su partido se diluya bajo la manta de Pablo Iglesias. Y es el más valorado.
Por lo tanto, España cuando es encuestada se encuesta (en cuesta) de verdad. Y el menos valorado? Él. En mi artículo del sábado lo citaba a la par de Rajoy. Pero ha conseguido vencerlo. Pablo Iglesias no cae bien, sino como plomo.
Pocas veces en el pretérito un político de la oposición ha estado peor valorado que un presidente acosado por la corrupción y por los obligados recortes de Bruselas. Pablo Iglesias lo ha conseguido. Aún así, la encuesta aumenta sus escaños de seis a siete. Insisto en mi tesis: los escaños de En Marea son los de Iglesias, Pablo, en Galicia. Son los escaños del rencor contra el PP, no de la razón. Las encuestas marcan inclinaciones y preferencias. Hecho que también recoge la Termodinámica. Segunda Ley: la fatal tendencia al enfriamiento y al desorden. El caos.