Errores y temores

Jaime Miquel
Jaime Miquel LÍNEA ABIERTA ANALISTA ELECTORAL

OPINIÓN

01 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ciudadanos aporta la inteligencia de la que carecen el PP y el PSOE para alcanzar los acuerdos centrales. Por esto, es útil y ocupa un espacio electoral definido, el que produce la ausencia de diálogo entre terceros. Pero es algo más. Para el grueso de sus votantes Ciudadanos es, sobre todo, el factor de control, modernización y regeneración del lado derecho del sistema de representación. Sin embargo, Albert Rivera se empeña en recordar a sus votantes que no gobernará con Podemos, cuando los más antiguos lo dan por seguro y lo que quieren es que comprometa su respaldo al PP supuesta la abstención del PSOE, porque los números los conoce todo el mundo. Como nadie se lo dice, ya no se fían y algunos se vuelven a su partido de toda la vida, que es el PP, cuando carga contra Rajoy sin haber aclarado esto.

Pero se equivoca aún más, porque la descalificación absoluta del rival electoral es vieja política y se aleja del perfil convergente, en términos UE, cuando desprecia a quienes ya representan a millones de personas; sacudir a Podemos es una necedad para otros electores más jóvenes que votan a Ciudadanos, porque identifican en el entorno de Pablo Iglesias a los socialdemócratas del siglo XXI. Y lo hacen por la razón simple de que son sus primos, sobrinos, amigos de los hijos, compañeros de trabajo u otros conocidos y la mayoría electoral incontestable en España hasta los 45 años de edad. Casi seis millones de personas que confían en Unidos Podemos, como otros lo hacen en Syriza, y por esto gana Tsipras para no pagar la deuda y vuelve a hacerlo para pagarla. Es fácil de entender: tiene la confianza (que los otros no tienen) para hacer lo que pueda.

En definitiva, Ciudadanos se lanza por las bandas desprotegiendo el centro y el PSOE remonta lo suficiente. Los electorados del PP y del PSOE son los más antiguos y se expresan, sobre todo, en la lógica de la confrontación. Siempre han votado el uno contra el otro y no van a dejar de hacerlo, aunque en su partido se blinde a Rita Barberá o se ratifique el derecho de las mujeres a interrumpir sus embarazos no deseados. Dicho de otra forma, los votantes nucleares del PP, pero también del PSOE, se cuidan solos. Esto lo entienden en el PP, pero no en el PSOE, porque temen perder estos apoyos si transitan hacia el espacio central. Sin embargo, se equivocan y explicamos por qué. Si Pedro Sánchez anunciase ahora la abstención del PSOE, ganando el PP el 26J, recibiría un premio en votos por facilitar la gobernabilidad sin perder a su electorado más fiel, como sucede con el PP. Pero, además, reduciría a Ciudadanos a la regeneración política del lado derecho y pasarían de imprescindibles a marginales en la localización de los lugares de encuentro.

Es sin miedo y por el centro, porque Unidos Podemos ya tiene lo suyo, lo que pierden por este lado lo ganan con creces por el otro y se defienden mejor de un sorpasso que es inevitable en las condiciones actuales. Si lo estamos viendo, ellos también, pero son incapaces, porque resisten en el sur y lo demás les importa poco.