Patuleas y catervas

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

12 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El lío político en el que estamos metidos está calentando los ánimos de muchos de quienes escriben sobre esas cosas en la prensa o las comentan en los medios audiovisuales. Con la subida de las temperaturas rebrotan en la primavera adelantada vocablos que parecían olvidados. Uno de ellos es patulea, que se emplea más como dardo hiriente que con pulcra objetividad informativa. Y así como la izquierda tiene un repertorio léxico propio, la derecha posee el suyo, al que pertenece esta palabra. Una muestra, tomada de un diario de Madrid: «¿No tenéis una sensación de guerracivilismo con el advenimiento de toda esta patulea de Podemitas [sic], Mareas, Colaus, Carmenas, etc. etc...».

Este sustantivo tiene tres acepciones: 'Conjunto numeroso de personas o cosas', 'Grupo de personas despreciables' y 'Partida de gente desordenada y violenta'. Con este último sentido se aplicaba en el siglo XIX a la soldadesca desmadrada y a los grupos de civiles armados e igualmente desordenados. Así la emplea Pérez Galdós: «Desde la travesía del Conservatorio tronaron los trabucos, y la patulea, viendo cortado aquel agujero de escape, tiró en busca de otro por la calle del Rosal» (España trágica, 1908).

La Academia Española sitúa el origen de patulea en el verbo patullar ('pisar con fuerza, haciendo ruido' y 'alborotar'), procedente a su vez del francés patouiller ('chapotear en el barro'). Hay quien piensa que procede del portugués patuleia ('plebe'), que con mayúscula (Patuleia) fue el nombre que se dio al partido popular (este con minúscula, no confundir con nuestro PP) de la revolución lusa de 1846. Esta tesis la desmonta el hecho de que en catalán ya se daba el nombre de patulea o patuleia a los grupos de combatientes irregulares de la primera guerra carlista o guerra de los Siete Años (1833-1840).

El recorrido por la Península se completa con el gallego patulea, que en esta lengua tiene los mismos significados que en español y en catalán, a los que suma el de 'grupo ruidoso de niños'. Castelao lo emplea con esos sentidos y otro más, el de colla o cuadrilla de trabajadores: «os canteiros... resinándose a traballaren en patulea».

Puestos a dar nombre a la tropa mencionada al principio, la de los protagonistas de la crisis que parecen empeñados en no resolverla, puede alternar con patulea un sustantivo con más arraigo en español, caterva, tomado sin afeites del latín e ideal para emplear con sentido despectivo. Ya lo decía don Quijote (y sigue siendo válido): «Andan entre nosotros siempre una caterva de encantadores que todas nuestras cosas mudan y truecan, y las vuelven según su gusto y según tienen la gana de favorecernos o destruirnos».