Un gol olímpico

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

20 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si supiéramos lo estresante que resulta la actividad política y fuésemos un poco generosos, comprenderíamos y justificaríamos por qué Galicia no figura entre las prioridades de Podemos para el caso de que forme Gobierno. Si fuésemos mínimamente reflexivos y aplicásemos nuestros conocimientos de politólogos de palleiro, disculparíamos el olvido por el ajetreo al que está sometido el vicepresidente Pablo Iglesias y los miembros de su gabinete.

El vicepresidente Iglesias no da para más; es humano. Y eso hay que entenderlo. No debe de resultar fácil diseñar un Gobierno, con sus nuevos ministerios, secretarías de Estado, direcciones y oficinas varias y decidir al mismo tiempo si se sienta a negociar a dos, cuatro o quince bandas, o si se controla o no a jueces y fiscales. Demasiadas tareas, y eso que Compromís le ha aligerado bastante el trabajo porque va por libre.

Así que es por agobio y falta de tiempo, por lo que ni él, ni ninguno de sus ministros, se leyeron el documento que les pasaron los de En Marea y en el que le recordaban la situación del sector lácteo, el naval o Ence, entre otros. No es por ningunearnos, qué va, porque el vicepresidente no solo presume de las tres alcaldías que lo representan en Galicia, sino que recuerda que aquí se inició en el arte de la política. Es que le falta tiempo.

Claro que pudiera ser que el vicepresidente Iglesias metiera un gol olímpico, ese que entra lanzado desde el córner, a sus integrantes gallegos y a quienes les votaron. Un gol por toda la escuadra, que es por donde los marcan las grandes estrellas. Esas que mucho antes de lanzar ya saben lo que van a hacer.