Juego de pillos

Tino Novoa EN LA FRONTERA

OPINIÓN

31 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Los prolegómenos a las negociaciones para formar Gobierno se han convertido en una carrera de pillerías. Los candidatos compiten entre sí para ver quién saca el conejo más grande de la chistera. Pero de los problemas de los españoles no habla nadie. La política ha quedado reducida a una especie de juego de tronos en los que cada contendiente se esfuerza en intentar noquear al adversario para mejorar las perspectivas personales de acceder al poder. Han transcurrido ya cuarenta días desde las elecciones, que parecen ya cosa de un pasado lejano, y no se avizora en el horizonte una solución al enredo en el que estamos metidos. Al contrario, cada día se aleja un poco más. Porque la decisión de Pedro Sánchez de consultar a los militantes cualquier acuerdo de gobierno prologa aún más el proceso de investidura y añade una dificultad más a una carrera que ya tiene suficientes obstáculos.

En principio, nada hay que objetar a que un acuerdo de gobierno se someta a la consulta de la militancia. Constituye un saludable ejercicio de transparencia y una palpable demostración de cuánto están cambiado los procesos democráticos en el seno de los partidos. Pero debe formar parte de sus procedimientos instituidos, no el resultado coyuntural de movimientos tácticos. Porque la consulta a las bases debe ser siempre el punto final de un profundo debate, no un subterfugio para evitarlo, como es habitual en los populismos, que tratan de suprimir los controles intermedios entre la cúpula y las bases. Con su maniobra, Pedro Sánchez ha conseguido dejar fuera de juego a los barones críticos, pero aún debe llenar de contenido su propuesta de gobierno, que es lo que realmente nos interesa a todos y lo que aún no ha hecho.

Porque no se trata solo de llegar al Gobierno, sino de gobernar. Y entonces no valdrán los trucos. Ni siquiera para contener a la oposición interna. El PSOE debe aclarar su discurso y cohesionar sus fuerzas si quiere ser útil a este país. Lo demás son distracciones que solo prolongan una incertidumbre que ya empieza a hartar. Cuando el martes acabe la segunda ronda de contactos del rey debe haber un candidato. Si Rajoy sigue sir verse, debería apartarse y dejar que lo intente otro, incluso de su partido, como ya le piden. Y si Sánchez quiere ser presidente, debe ponerse ya en marcha para ver si logra los apoyos que necesita, fuera y dentro de su partido. Pero que cese ya este juego de pillos y cada uno asuma la responsabilidad que le corresponde.