En la recta final

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

14 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A seis días de las elecciones, esta es la situación. Mariano Rajoy, cómodo, sin arriesgar, aupado por el efecto Bertín, a velocidad de crucero rumbo a una victoria clara pero insuficiente. Su campaña de perfil conservador solo ha tenido dos momentos de riesgo: cuando dijo que se creía las explicaciones de su número dos por Segovia, Pedro Gómez de la Serna, y calificó su actividad de comisionista como «absolutamente normal», lo que evidenciaba que una vez más su primera reacción es defender al presunto corrupto; y asegurar que el atentado talibán en Kabul no era «contra nosotros». No ha pasado a mayores. Su ausencia del debate a cuatro, por criticable que sea desde el punto de vista democrático, se ha revelado una buena estrategia. Ni siquiera ha tenido que rendir cuentas sobre la abrumadora corrupción en su partido. Pedro Sánchez parece el gran perdedor de la campaña. Lo tiene muy difícil, porque si hay algo en lo que Ciudadanos y Podemos están de acuerdo es en destrozarlo para morder en su electorado. Su error, por loable que sea su disposición a debatir, ha sido ponerse al mismo nivel que Albert Rivera y Pablo Iglesias, como si compitiera en unas primarias para liderar la oposición. Solo le queda una bala: el cara a cara de hoy con Rajoy para activar el voto útil. A Rivera se le está haciendo larga la campaña. No ha estado tan brillante como se esperaba en los debates y su discutible posición sobre la violencia de género le ha dañado. Iglesias, sin embargo, va a más y se está aprovechando del efecto Colau. El debate a cuatro le propulsó. Su táctica consiste en presentarse como un político razonable y moderado, disimular su ideología izquierdista y aparcar sus propuestas más radicales. A Podemos la campaña se le puede hacer corta.