El «sólo» ataca de nuevo

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

21 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un título de un periódico ha dado nuevos bríos y puesto en pie de guerra a los incondicionales de la tilde de solo cuando esta palabra es adverbio. Se trata de una cita del director de un semanario turco: «Que Erdogan gobernara solo sería peligroso para Turquía». Alegan que ese acento gráfico aclara en estos casos si solo se emplea como adjetivo (sin tilde, aquí indicaría que Erdogan gobernaría en solitario) o como adverbio (con tilde, el gobierno de Erdogan solamente sería peligroso para su país).

Los tildadores compulsivos del adverbio habían visto respaldado su hábito por una norma que la Academia estableció en el Diccionario panhispánico de dudas (2005): «... cuando esta palabra [solo] pueda interpretarse en un mismo enunciado como adverbio o como adjetivo, se utilizará obligatoriamente la tilde en el uso adverbial para evitar ambigüedades». Fíjese el lector que el uso del acento gráfico era obligatorio únicamente cuando el adverbio solo podía interpretarse como adjetivo.

Pero apenas cinco años después, la Academia les rompió los esquemas con su nueva ortografía. Recuerda ahí que solo es una palabra llana terminada en vocal, por lo que, según las reglas generales de la acentuación, no debe tildarse. Añade que el empleo tradicional de la tilde diacrítica no opone en este caso una forma tónica a otra átona formalmente idénticas (requisito prosódico que justifica el empleo de la tilde diacrítica). Esta tiene como función distinguir entre homógrafos tónicos y átonos ( de dar, de preposición) y que en el caso de solo, como en el de los demostrativos, no se produce la oposición tonicidad-atonicidad.

Explicado su argumento, concluye: «Ya que tanto el adjetivo solo como los determinantes demostrativos son palabras tónicas, lo mismo que el adverbio solo y los pronombres demostrativos, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación». Destacamos en la cita que la Academia dice que se podrá prescindir de la tilde, no que se prescindirá obligatoriamente, que es lo que parecen leer muchos de sus detractores.

Concluye la Ortografía que «las posibles ambigüedades son resueltas casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas». Entiende que los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto no despeja son raros y siempre pueden resolverse usando sinónimos, cambiando la construcción o mediante otros recursos.

Quienes utilizan el título recogido al principio («Que Erdogan gobernara solo sería peligroso para Turquía») para enarbolar la bandera tildadora quizá no hayan caído en la cuenta de que ahí solo nunca debería llevar tilde, pues es adjetivo: se habla de un gobierno de Erdogan en solitario, no de que vaya a ser un peligro únicamente para su país. Lamentablemente.