Odiando a la amada Francia

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

18 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Francia es ese país que los yihadistas aman odiar, casi tanto como a Estados Unidos», escribieron en el diario Le Monde los periodistas Nathalie Guibert y Benjamin Barthe, en el intento de explicar el origen y la naturaleza de la animadversión asesina que ha alimentado el último atentado terrorista en París. Pero la realidad es que su reflexión no fue más allá de contar lo ocurrido y citar las actuaciones de Francia en el conflicto sirio y el papel de sus fuerzas armadas en Oriente Próximo. Algo insuficiente. Porque además de condenar sin paliativos estos brutales atentados en París es necesario explicar por qué la respuesta yihadista se produjo precisamente en la capital francesa.

Esclarecer esto no parece ser algo tan difícil. Uno de los atacantes de la sala Bataclan lo expresó con claridad: «Os vamos a hacer lo que vosotros hacéis en Siria». ¿Y qué hace Francia en Siria? Atacar al denominado Estado Islámico. Hasta aquí todo está más o menos claro y las piezas encajan. Donde todo se complica es en el capítulo de la prevención francesa, que, como ha denunciado Sarkozy, no ha estado a la altura de las amenazas previsibles, sobre todo después de que, en enero pasado, se produjese una matanza en la sede del semanario Charlie Hebdo, que causó una enorme conmoción.

Es cierto que la acción preventiva en Francia no es fácil, si se admite -como se ha hecho- que hay que rastrear los movimientos de unos 4.000 sospechosos fichados. El presidente Hollande ha declarado un estado de emergencia no aplicado en toda Francia desde 1961, que pretende neutralizar a los atacantes dotando a la policía de más poderes, aprobando controles de la prensa y limitando el derecho de reunión. Además, prepara una reforma constitucional y una coalición internacional para bombardear el EI.

¿Basta con esto? Analistas cualificados apuntan en una dirección que parece plausible. No se puede hacer una guerra -aunque sea lejos de casa- sin tomar medidas certeras ante posibles represalias o contragolpes. Lo dijo el gran estratega militar chino Sun Tzu hace 2.500 años: «Solo puedes asegurar el éxito en tu defensa si mantienes posiciones que no puedan ser atacadas». Este difícil objetivo debe ser el de Francia y sus aliados. Con todo lo que ello significa.