De ciudad del amor a ciudad del horror. Anoche, je suis París, nos golpearon a todos. El horror, en la cuna de la Ilustración. Lo hicieron porque su campaña es de muerte e ignorancia. No soportan la belleza del Senna, de la torre Eiffel, las calles que sirvieron de inspiración a Degas, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, donde escribieron sus más bellas páginas Victor Hugo, Hemingway, Balzac, las terrazas felices de los bares. París. Nos odian a todos los que amamos París -¿quién no ama París, aun sin conocer París?- los que amamos la libertad, la igualdad, la fraternidad. Pudimos escribir los versos más tristes en la medianoche. Esta mañana nos despertaremos atónitos, rodeados de muertos inocentes. Anoche nos asesinaron. Honremos estas muertes con más libertad, más igualdad, más fraternidad. Son nuestras armas de destrucción masiva: hagamos uso de ellas. Sin descanso. Libertad. Igualdad. Fraternidad. Hasta su derrota final.