Si la cúpula del PSdeG se empeñase en hacer peor las cosas lo tendrían difícil. No comprendo lo que le han hecho al senador Javier Losada de Azpiazu, uno de los miembros de la Cámara alta más activos en la pasada legislatura. Tras décadas de servicio a la provincia de A Coruña y a su capital, los mandamases del socialismo gallego lo ubican en tercer lugar en las listas al Senado, poniéndole dificultades para ser elegido, como así resultó, y de largo, en las dos pasadas legislaturas. Desaprovechan la experiencia de toda una vida dedicada a la cosa pública, una referencia en el partido, para colocar en los mejores puestos a los fieles de unos dirigentes que solamente buscan con esas designaciones poner a buen recaudo sus propios intereses. Se protegen de las críticas diciendo que el tan denostado Senado se rige por el sistema de listas abiertas, y que los electores votan a candidatos individuales, pero en la praxis eso no es así. Por decenas de motivos que la falta de espacio me impide exponer, en estas elecciones la circunscripción coruñesa se puede quedar sin un senador que merece la pena. Se tirarían por la borda grandes dosis de honestidad, sensatez y pericia. Solo los ciudadanos suficientemente instruidos de cómo se vota en listas abiertas lo pueden evitar.