Cuando el Centro de Investigaciones Sociológicas pregunta a los españoles cuáles son sus mayores preocupaciones, las respuestas han sido el paro, la corrupción política y, en su día, el terrorismo etarra. No es casual que los españoles nunca hayan respondido que les preocupa el terrorismo machista que ejerce su violencia contra las mujeres en las formas más diversas y en los más variados ámbitos. Para visibilizar este auténtico crimen nacional, una Marcha Estatal contra las Violencias Machistas -y sí, en plural, porque hay varias modalidades de violencia machista-, convocada por más de 400 colectivos feministas de toda España, recorrió el centro de Madrid para exigir que la lucha contra la violencia de género sea tomada por todos los partidos políticos como una cuestión de Estado. Decenas de miles de mujeres y algunos cientos de hombres, junto a representantes de todos los partidos políticos, incluido el PP (tras rectificar), clamaron que no se puede permitir ni un solo asesinato más. Este deseo tan noble no tardó ni 24 horas en dejar de cumplirse. En la mañana del domingo, fue noticia un nuevo caso de muerte por presunta violencia contra la mujer, en Baena (Córdoba).
Según denuncian las convocantes de esta marcha, desde 1995, 1.378 mujeres han sido asesinadas en España por el terrorismo machista. Por tanto, en 20 años, el terrorismo machista asesinó a 500 personas más -solo mujeres- que las 850 personas -hombres y mujeres- que asesinó ETA en sus 50 años de criminal historia. Añádanse a estos asesinatos las 100.000 denuncias anuales que presentan por malos tratos las mujeres en los juzgados. Y esta es la trágica realidad.