Negros

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

10 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Comisión de Toponimia de Quebec decidió el pasado 25 de septiembre despojar del carácter oficial a once nombres de lugar y de accidentes geográficos de aquella provincia canadiense. Se trata de topónimos consagrados por el uso que contienen la palabra inglesa nigger o la francesa nègre. Considera que esas denominaciones pueden atentar contra la dignidad de la comunidad negra. Se trata, entre otros, de los rapides des Nègres o Nigger Rapids (rápidos de los Negros), el ruisseau du Nègre (arroyo del Negro), rocher Nigger (peña Negro) y el rivière du Nègre (río del Negro). Ya en agosto se había abierto un debate sobre el nombre Nigger Rapids, y la ministra de Justicia de Quebec manifestó entonces su preocupación por «denominaciones que podrían tener una connotación ofensiva».

Tanto el inglés nigger como el francés nègre significan negro, pero tienen una fuerte carga peyorativa, como el negrata del español. Sustantivos que tradicionalmente se han aplicado en la América de habla inglesa a las personas de raza negra -black (negro), colored (de color) - comenzaron a ser desplazados a finales de los años ochenta por afroamericano, caso paradigmático de lenguaje políticamente correcto.

Una palabra como black aplicada a una persona significa solo que es de ese color hasta que empieza a emplearse despectivamente o como insulto. A partir de ahí, el temor del hablante a que si la utiliza se le malinterprete lo lleva a evitarla y a buscar eufemismos y términos más o menos equivalentes pero políticamente correctos. El problema surge cuando esa obsesión por evitar posibles ofensas a grupos étnicos o de otro tipo conduce a situaciones absurdas.

En nuestro idioma, el empleo del sustantivo negro para designar a personas de esa raza nunca tuvo las connotaciones peyorativas que tiene negro -tomado así del español y del portugués- en inglés, con excepción de algunas frases desafortunadas, como merienda de negros, trabajar como un negro o no somos negros. Sin embargo, quizá por influencia del cine y de traducciones poco meditadas, han calado bastante entre nosotros los eufemismos de color y afroamericano. Como el subsahariano que se aplica libérrimamente a los negros de África, continente con población de otras razas al sur del Sáhara.

Pero no nos quedamos solo en los negros. Quizá porque el español es rico en expresiones denigratorias para judíos y gitanos (judiada, gitanear, gitanada, gitanería), son muchos los que se esfuerzan por evitar llamar a los individuos de esos grupos de la forma más natural y directa, judíos y gitanos. Para muchos, estos últimos ya no son gitanos, sino personas de etnia gitana.