Condenadas a ser violadas

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

08 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No voy a decir que me sorprenda. Aunque estas sentencias son cada vez más conocidas en Occidente, llevan siglos produciéndose. Ello no obsta para sentir una repugnancia absoluta por la decisión de un tribunal popular, integrado solo por hombres de las clases dominantes, de castigar la fuga de un joven con una mujer casada perteneciente a una casta superior con la violación de sus dos hermanas. Los juicios por «honor» son un anacronismo propio de sociedades poco avanzadas que no protegen los derechos y libertades individuales, pero que se determine que para «limpiar» la mancha debe agredirse a dos jóvenes que nada tuvieron que ver con el supuesto crimen es el colmo del absurdo. No se me ocurre una vejación peor que ordenar una violación seguida de una carrera desnuda con el rostro pintado de negro. Eso no es justicia, sino venganza y maldad.

Gracias a la campaña de Amnistía Internacional, la familia de las jóvenes ha sido trasladada a Nueva Deli, pero todavía no están a salvo, porque probablemente los «agraviados» intenten llevar a cabo su venganza.

Aunque legalmente se ha abolido el sistema de castas en la India, es evidente que en los entornos más tradicionales la diferencia sigue estando muy viva. También es evidente que en este país las mujeres siguen siendo consideradas propiedad de su familia y que los sucesivos Gobiernos han sido incapaces de cambiar esta mentalidad y proteger mejor a las féminas.

Mujer, pobre y de casta inferior: la peor combinación en el país que tiene el terrible honor de ser en el que mayor número de violaciones se producen al año y en el que menos condenas se ejecutan. Queda mucho camino por recorrer todavía.