De Calais al paraíso

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

03 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No es nada nuevo. Las cifras aumentan pero seguimos sin poder frenar esta invasión de desesperados. La novedad es que ahora ya no se trata de subsaharianos y marroquíes intentado superar las vallas que separan Ceuta y Melilla del resto del continente africano, ni siquiera de las oleadas que salen de Libia rumbo a Italia, no; en esta ocasión los que han llamado la atención son los que intentan colarse en el tren o en los camiones que salen de Calais, en Francia, rumbo a Gran Bretaña.

Las autoridades francesas estiman que en el campamento de inmigrantes cerca del puerto de Calais, al que denominan «la jungla», hay unas 3.000 personas esperando para llegar a Gran Bretaña a través del Eurotúnel. Según las autoridades francesas, entre el 2014 y lo que llevamos del 2015 han impedido 39.000 intentos de asalto, el doble que el año anterior. El Home Office británico cuantifica en 25.020 las peticiones de asilo legales en el 2014, 4.000 de eritreos, pero señala que es imposible determinar el número de inmigrantes ilegales que llegan por otras vías, fundamentalmente a través de Dover. La presión migratoria hacia Gran Bretaña deriva de la percepción sobre las prestaciones sociales que estos países facilitan a los refugiados pero, sobre todo, por el empuje de los llegados por el Mediterráneo, 55.000 a Italia y 48.000 a Grecia solo de enero a mayo de este año. Un tsunami humano que ni las fronteras ni los muros ni la policía pueden parar, porque nada frena al que no tiene nada que perder.