Aunque por su título algún lector pudiera suponerlo, esta columna no se refiere a Frank Sinatra, cuya portentosa capacidad para cantar como los ángeles le valió el justo apodo de «la voz». No: La Voz de la que ahora voy a hablarles es la que el lector tiene entre sus manos o está leyendo, en edición digital, en la pantalla de su ordenador, su teléfono o su iPad: la de Galicia.
Y es que, según informaba ayer este periódico, los datos de la última oleada del Estudio General de Medios confirman que La Voz es, como desde hace muchos años, el diario más leído de Galicia y, como desde hace varios, el cuarto más leído en toda España. La Voz amplía su posición en el conjunto de los diarios editados en nuestra comunidad (seis de cada diez lectores se informan en sus páginas) y la amplía también en relación con los que se editan en toda España: mantiene la cuarta posición (tras El País, El Mundo y La Vanguardia) pero acortando distancias con el tercero (La Vanguardia) y ampliándolas respecto al quinto (El Periódico). Además, y por si todo ello no fuera suficiente, La Voz es el único de los seis primeros diarios de España (los citados más Abc) que gana lectores: mientras El Periódico pierde un 8,1 %, La Vanguardia un 4,9 %, El Mundo un 3,6 %, El País un 1,9% y Abc un 0,2 %, La Voz gana un 1,7 % en un momento muy difícil para la prensa escrita en todo el mundo.
¿Cuál es el secreto que explica esa progresión en la importancia informativa de La Voz, en Galicia y en España, que es más significativa todavía si se tiene en cuenta que el número de habitantes de nuestra comunidad está muy por debajo del de Madrid y Cataluña (únicos territorios que colocan un periódico entre los cuatro más leídos) o Andalucía y la Comunidad Valenciana, que no logran entrar en ese ránking?
El secreto es, en realidad, un secreto a voces: la gran calidad de un diario que no tiene otra guía que el estricto cumplimiento del principio esencial de la veracidad informativa, que a través de sus 13 ediciones goza de una amplísima implantación en el territorio de la comunidad -territorio que La Voz contribuye decisivamente a vertebrar-, que alberga en sus páginas una pluralidad de opiniones admirable y que se ha distinguido por la defensa de las libertades democráticas, los intereses de Galicia, la cohesión de España y un europeísmo militante.
Detrás del milagro que supone que este periódico salga cada día, durante 362 días cada año, al encuentro con sus lectores hay, en fin, para explicarlo, un editor firmemente comprometido con su país y con su tiempo, un grupo directivo que no tienen más objetivo que informar a los lectores y un gran equipo humano que sabe que trabajar en un diario es una forma de servir al público que exige siempre esfuerzo, voluntad de superación y lealtad al noble oficio de contar honestamente lo que pasa.