Ciudad alegre y confiada

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

21 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Decía Camilo José Cela en su prólogo a la edición definitiva del Pascual Duarte que en sus tiempos coruñeses había un guardia municipal llamado Castelo que llevaba en la manga bordadas las banderas de siete países cuyas lenguas parece ser que hablaba. Yo no sé si serían todos países sudamericanos. Lo cierto es que en un par de días se nos viene encima una avalancha de pirómanos y sardinistas playeros que van a tomar el arenal de Riazor como si se tratara de la playa de Copacabana el último día del año, es decir, como si se acabara el mundo. Llegan ahora trasatlánticos que parecen capitales de provincias o que, por lo menos, tienen los mismos habitantes. Y si uno lee por ejemplo a Roberto Arlt, se encuentra que en el año 1935, cuando el argentino viajó por estas tierras, ya las calles de la ciudad, las terrazas de los cafés, las playas, se encontraban plenas de vida. Y añora el escritor que las señoritas no se bañen desnudas en las aguas atlánticas, el muy listo. Hay por aquí vecinos que intentan organizarse y se preguntan si los nuevos mareantes que ocupan María Pita cortarán la juerga como el comandante Castro Ruz, que en la Perla del Caribe mandó a parar.

Vecinos que ya se preocupan de la lejana cabalgata de Reyes, o tal vez, de que Xulio Ferreiro intente atrapar y encerrar en una jaula al ratoncito Pérez. Ahora de momento todavía tenemos la noche de San Juan y cuando amanezca y los rescoldos sigan humeando nos lavaremos la cara con agua de flores y fiuncho. Seguro que el alcalde también.