19 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.
Ni Hitchcock hubiera sido capaz de tener a un país entero en suspense casi un mes. Tras el 24M, Rajoy dijo que no iba a hacer cambios; cuando sus compañeros se rebelaron, aseguró que sí los acometería y que serían de calado; y el miércoles, con sorna, que no iba a remodelar el Gobierno. Ayer por fin se supo: son unos cambios mínimos.
Si le divierte jugar con los medios, y de paso, con la opinión pública, él decidirá si le conviene. Pero lo que no le conviene a este país es tener al PP, al igual que al PSOE, en caída libre, incapaces de recomponerse. Lo más sorprendente es que los partidos tradicionales no acaben de entender que si no hacen un verdadero esfuerzo por limpiarse y renovarse, no lograrán recuperar el favor de los ciudadanos.