A sí se llama esta primavera, casi verano (o sin el casi), la campaña de la feria del libro en Madrid. Una cita de las de subrayar con tinta y papel en el calendario. Sí, con tinta y papel. Nada de agenda digitales de móvil. Está muy bien viajar con una maleta entera en la tablet, pero todavía somos algunos los que disfrutamos con el peso del libro, con el sonido de las páginas al pasar, con el gusto que da tocar las buenas ilustraciones con las manos. Todavía quedamos unos pocos locos de las bibliotecas de toda la vida. Y esos somos los que tenemos la cita de Madrid como un viaje obligado. El parque del Retiro convertido en el puerto de un mar de libros. Todas las casetas, embarcaciones, con sus tripulaciones de autores a bordo. Una auténtica gozada. El calor que ya se deja sentir. Ese calor de Madrid, que todavía no es el de julio y agosto que estalla en las sienes. Todavía tienen hasta este domingo para ir. Para disfrutar de ese flechazo por los libros, que nos hacen más libres, siempre. El ilustrador de la campaña la define así: «Una metáfora del amor por los libros, una explosión de alegría». El rojo pasión de las cubiertas de un libro atravesado por una flecha mientras lo abraza una joven con cara de felicidad plena. Cuando un libro te atrapa te hace madurar, crecer, sentir. Los libros enamoran. Los libros colocan y descolocan. Los tratamos fatal para lo mucho que nos han dado, que nos dan y que nos darán. Nadie es la misma persona traes leer los veinte poemas de amor de Neruda. Por ejemplo. Un libro es el hogar de la razón y del corazón. Un exministro me dijo una vez: necesitamos ya una evangelización laica de la cultura. Y dio con la flecha en la diana. Vayan al Retiro a darse un baño de letras.