Paseíllos

Jaime Miquel
Jaime Miquel TRIBUNA

OPINIÓN

08 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Que Susana Díaz apele a la responsabilidad de las demás fuerzas políticas para ser investida presidenta tiene un pase, pero que hable de tacticismos o de estrategia del regate corto es una tomadura de pelo característica de quien supone que el administrado es un ignorante. La responsabilidad de la situación creada en Andalucía es suya, porque adelantó las elecciones para exhibir una victoria de su partido, para ganar al PP y a Podemos en vísperas de las municipales. Se puede decir de otra forma: Susana Díaz convocó en Andalucía por el acoso de Podemos en las encuestas, por puro tacticismo.

Los andaluces votaron para que Susana Díaz hiciera un paseíllo triunfal, que trasladara a España su condición de líder de un PSOE que es primera fuerza política. Si tiene problemas para ser presidenta, porque perdió 100.000 votos más en el proceso de pasokización iniciado en su partido en el 2010, o porque los nuevos no son tontos, como dice Teresa Rodríguez, puede entenderse con el PP, o convocar de nuevo elecciones. Si Rajoy o Sánchez reclaman la colaboración de Ciudadanos o de Podemos, les irá peor, porque estamos en la sabana y eso es lo que hacen las gacelas.

Los emergentes llegan para terminar con el viejo bipartidismo, las clientelas, y el sobrecoste del contrato público, para terminar con lo que representan para sus electores el PP de Aguirre o el PSOE de Chaves. Vienen para reemplazarlos en el medio plazo. Luego pedirle a Ciudadanos o a Podemos que resuelvan la situación es como pedirle peras al olmo, además de no entender lo que está sucediendo.

Los errores estratégicos del PP lo han llevado a una situación preelectoral continuada, durante todo el 2015, donde solo puede perder votos y representantes en cada convocatoria. El calvario empezó en Andalucía, retrocediendo 500.000 votos y 17 escaños, pero el 24 de mayo se fragmentará la representación en los ayuntamientos y Parlamentos autonómicos que se eligen, con lo que se producirá la hecatombe territorial de quien se declara aislado o en otro espacio. «Nosotros o el caos» no puede funcionar, porque eso era antes del pluripartidismo. Ahora serán dos, o tres, los que decidirán qué se hace, como sucede con normalidad en el sistema catalán, por poner un ejemplo.

El modelo de negocio está quebrado en Andalucía y en España, se quiera o no se quiera ver. Si no se quiere ver, se pueden hacer las cuentas del siglo XX: si IU desaparece de los ayuntamientos, Ciudadanos sumará con el PP en muchas ciudades; si permanece, no. En cuentas de ese siglo, hay un voto útil elaborado que sujeta a IU. Pero en cuentas del siglo XXI Ciudadanos ya ha aplastado al PPC, el PSC y Podemos en Cataluña. Rivera sabe que ganará a sus rivales en vísperas de las elecciones generales. Ese paseíllo sí que es letal y se producirá, salvo que Rajoy haga meta junto a Artur Mas. El de las tablas de piedra, el mismísimo Moisés.