La utopía aún hace estragos

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

02 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El idealismo no tiene cabida en Podemos; encaja mal con cualquier posibilidad de alcanzar poder. En política hay que ser pragmáticos y olvidarse de la utopía y del altruismo; por eso no hace falta preguntar a Rajoy y a Sánchez dónde dejaron sus ideales. El idealismo es tan cruel que se llevó por delante personajes de nuestra historia como el Che, Trotski o Largo Caballero, que creyeron que un mundo diferente era posible. Y ya se ve que la utopía sigue haciendo estragos.

Ahora le tocó a Monedero; que se creyó aquello de que el cielo no se toma por consenso, sino por asalto y pensó que su amiguito del alma antepondría la utopía, que fue la razón fundacional de Podemos, a cualquier otro interés. Pero resultó que Pablo Iglesias tiene de utópico lo que un servidor de obispo de Cuenca y todas aquellas buenas intenciones del 15-M se acaban de venir abajo.

Al margen del daño que le propinó el pufo con Hacienda, el filósofo Monedero representaba la línea pura de Podemos. Creía, como creemos muchos, que es posible otra forma de hacer política. Pero su marcha demuestra que esa forma de entender el servicio público no tiene cabida; tampoco en Podemos.

La natural inmodestia de Pablo Iglesias le impide reconocer una realidad evidente; que la huida de su mano derecha destroza los principios fundaciones de la formación. Podemos ha dejado de ser lo que era y debe buscar un nuevo discurso. Adaptarse a la nueva situación. Las utopías y el quijotismo se van con quien tuvo la gallardía de anteponer sus ideales a cualquier interés personal. Y eso es muy de agradecer en los tiempos que corren. Atrás quedan los que se encuentran cómodos entre los que abandonaron sus ideales en la cuna.