Amargas bodas de plata

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

25 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Dice la tradición que en las bodas de plata no se deben de regalar perlas porque representan llanto y mala suerte. Dice también que esta celebración marca el momento indicado para plantearse todo tipo de sueños y proyectos de futuro en armonía porque se inicia una nueva e ilusionante etapa. La misma tradición señala que estas fiestas transcurren en un ambiente de extraordinaria cordialidad y familiaridad.

Y sin embargo, la tradición no se cumplió en la primera jornada festiva de la celebración de las bodas de plata del debate sobre el estado de la nación. La fiesta adoleció de todo ello y resultó amarga. Se intercambiaron perlas, en forma de venenosas acusaciones; se habló de un futuro tenebroso, de una realidad que ya resulta insoportable y, como tampoco marca la tradición, aparecieron incluso los malos modos y una inexplicable agresividad.

La realidad la puso la oposición. Josep Antoni Duran, Alberto Garzón y, sobre todo, un Pedro Sánchez crecido y necesitado de ganarse el prestigio y el respeto de su coro y el favor del electorado, que hizo rememorar los mejores tiempos de Felipe González, con quien, por cierto, dicen que preparó su intervención.

La fuerza y la puesta en escena pudieron hacer pensar que González regresó ocasionalmente al hemiciclo para vérselas con un Rajoy que estuvo muy por encima de lo que cualquier gobernante con su pobre bagaje hubiera estado. Sin nada que ofrecer, tratando de situar a su favor las cifras que le son favorables, ofreció un modelo caduco de exposición con adjetivos y descalificaciones innecesarias e inapropiadas en boca de un mandatario estatal. Y se limitó a navegar en eso tan manido de que suerte tuvieron ustedes de que llegáramos nosotros, que impedimos que vinieran los hombres de negro; ya estamos a flote y no me mente a Bárcenas y la corrupción porque no sé de qué me habla.

De la escasa aportación del debate a nuestra vida diaria puede dar idea el hecho de que España, españoles, empleo y crecimiento fueron las palabras más utilizadas por el presidente Rajoy y corrupción y parados, las que menos. Exactamente lo contrario de lo que, según todas las encuestas, más preocupa a los españoles.

Y es que las fiestas de las bodas de plata tienen eso. Que resultan amargas hasta para quienes no asisten a ellas. Aunque sea la gran mayoría del país.