¿No merece unas vacaciones quien, al salir de la cárcel, lo primero que dice es que hizo caso al presidente y fue fuerte? ¿Acaso no ha demostrado saber deslizarse al borde del precipicio sin despeñarse? ¿No lo merece quien fue capaz de engañar a tantos tanto tiempo, como dicen ahora sus excompañeros y examigos del PP? ¿Se le pueden negar unos días de esquí a un acusado de delitos tan graves cuando, después de años de instrucción y de 19 meses de cárcel, aún sigue pendiente de juicio y de que se demuestre si es tan culpable y tan en solitario como aseguran ahora sus excompañeros? ¿No merece un premio quien dice que logró amasar una fortuna de millones de euros solo con inversiones certeras? ¿No habría que asignarle escolta por si alguien sugiere que se deslice fuera de las pistas? ¿Se le puede negar que se vaya a esquiar cuando hay tantos que llevan tiempo patinando?