¿Qué es el carnaval?

Manuel Mandianes FIRMA INVITADA

OPINIÓN

09 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2 de febrero es el día en que, según la tradición europea, el oso sale de su madriguera para observar la luna. Si es luna llena, el carnaval no tendrá lugar hasta cuarenta días más tarde y vuelve a esconderse; si está oscuro, ya se queda. El carnaval es, por definición, la última luna llena de invierno.

En algunos lugares siguen celebrándose los tres domingos: los dos anteriores y el propiamente dicho domingo de carnaval; el jueves de comadres y el de compadres, como marca la tradición.

A finales de invierno, al mismo tiempo que emergen las simientes, los habitantes del otro mundo salen de sus lugares de residencia y de sus escondrijos e invaden el espacio urbano, lugar de residencia de los de este mundo. Durante los carnavales, los del otro mundo devuelven a los de este mundo la visita que estos les hicieron los primeros días del mes de noviembre.

El primer día de noviembre se hace el magosto en Galicia, la castañada en Cataluña y la mauraca en las Alpujarras. Los tres son la misma cosa: los vivos visitan a los antepasados en su lugar de residencia. En la actualidad, el mundo occidental visita a los muertos en su lugar de enterramiento, los cementerios: el jardín de los muertos, un pedazo de la naturaleza no cultivado.

Los enmascarados siempre han disfrutado de una libertad que les permite pasar por encima de tabúes de comportamiento, saltarse los límites físicos y geográficos. Los enmascarados disfrutan de la misma libertad que disfrutan los del otro mundo; mejor, los enmascarados son seres del otro mundo, por eso pueden hacer lo que hacen.

Los hombres se hacen mujeres y viceversa, el monaguillo manda en el obispo, el alumno más inepto da lecciones al profesor más ilustre, el gobernante es ridiculizado y paseado maniatado en calzoncillos, las monjas, metáfora de la pureza, rigen prostíbulos.

Los únicos límites a la libertad durante estos días son los de la imaginación. Así como los vivos hacen lo que quieren en el cementerio el día de los Santos -ponen flores, encienden velas, pasan largo rato allí-, así los muertos, durante los carnavales, invaden la ciudad, el pueblo, entran en las casas y pueden coger chorizos y lacones, persiguen a quien quieren y les echan harina y los tiznan. El día de Todos los Santos los vivos enmascaran a los muertos; los días del carnaval los muertos enmascaran a los vivos. Son días de convivencia plena entre los habitantes de este mundo y los del otro mundo, que según los celtas no es más que un aspecto diferente del mismo mundo.

El carnaval es la destrucción del orden establecido. El ser humano se siente prisionero de las limitaciones de su naturaleza y durante el carnaval vive como si no hubiera límites.

Cada uno crea su moda y un mundo a su medida y de acuerdo a sus deseos y fantasías. Los modos del carnaval son diferentes. Cada pueblo ha ideado los suyos propios, incorporando detalles, personajes del momento al modo de celebrarlo. Pero todos los carnavales son el mismo carnaval. Su origen es tan antiguo como el culto a los antepasados. Las chirigotas, las carrozas anticlericales y críticas a la política no son más que una expresión de libertad.